jueves, 28 de julio de 2011

Historia de la creación

 
Ahora mismo estoy trabajando en la segunda parte de la novela, pero necesitaba establecer un genésis de mi mundo en el que basar ciertos acontecimientos...Así que aquí tenéis un fragmento de este genésis, el referido a la historia de la creación del mundo y al nacimiento del ser humano.
Espero que os guste y que opinéis :P

                
  © Tamara Díaz
     (Reservados todos los derechos)

Los dioses crearon el mundo a partir de sus propios cuerpos. Su sangre se convirtió en agua, sus cabellos en plantas, sus huesos en piedras y tierra, sus ojos en los astros y su aliento en el aire que nos da la vida. Los seres humanos vinieron mucho después, cuando la tierra de los dioses ya estaba habitada por criaturas nacidas de la carne de los dioses. La raza de los hombres nació de la sangre derramada en las guerras entre los enviados de Mirthal y los emisarios del malvado Worthes; la sangre de  los hijos de los dioses se mezclaron por primera vez desde su creación y cayeron sobre la tierra de la que procedían creando grandes lagos de color rojo carmesí que hirvieron con el calor de la tierra.
El vapor de sangre subió hasta los cielos y Mirthal, encolerizada por el fatal destino de sus preciados hijos, maldijo a los emisarios de Worthes a vivir una vida dedicada a la sangre; la sangre sería su alimento, la sangre impregnaría sus sueños y sus pesadillas, condenados a vivir por la eternidad con una sed igualmente eterna que sólo podrían satisfacer matando. A sus hijos, por otro lado, les protegió declarando que, tras la muerte, habitarían en una tierra única en el Submundo: el hogar de los elegidos, donde vivirían una primavera eterna, sin sufrimientos ni necesidades.
Sin embargo, Worthes era el dios de la astucia y la traición, por lo que vio en la maldición de Mirthal una oportunidad para vengarse él mismo, pues la diosa, que tan duramente había castigado a los hijos predilectos del dios, había dejado una grieta en la protección de sus propios hijos y Worthes la aprovechó maldiciéndolos con una nueva vida mortal, alejados ya de los dioses y encadenados a las necesidades del cuerpo. 
Mirthal observó con desesperación como sus hijos se levantaban de aquél campo de batalla con pasos renqueantes, obligados a vivir atados a esos cuerpos imperfectos y dañados por la muerte, alejados de la protección de los dioses. Humanos, los llamaron en el tribunal divino y acordaron dejar que sus vidas continuaran, pero, una vez murieran, sería Mirthal la encargada de cuidar de ellos en el Submundo.


 

miércoles, 27 de julio de 2011

De sueños y otras quimeras

Últimamente he estado paseando mucho por la blogosfera y me he encontrado con algo que me ha dejado sumamente aturdida y que, aunque ya había escuchado como rumor por las redes sociales, no podido más que sorprenderme: hay muchos autores en la red. Sí, sí...no son autores de los conocidos, quizás muchos ni siquiera han tenido la oportunidad de publicar sus escritos, pero está aquí; paseando por estos lares virtuales y vertiendo en la red sus trocitos de sueños. 
También he tenido malos encuentros en mis paseos, porque he visto algunos blogs en los que se ponen etiquetas a los escritores del tipo: si no conoces la gramática no puedes escribir, si no participas en concursos no eres escritor... Y vaguezas por el estilo que a mi me hacen pensar en personajes angustiados y asustados de lo que otros pueden hacer sin haber trabajado tanto como ellos creen que lo han hecho. Lo siento, pero estas etiquetas me molestan infinitamente porque un buen escritor no es siempre un experto en la lengua (lo siento, es cierto por mucho que pese) y hay que saber entender que no a todo el mundo se le da igual de bien la gramática, o que no todos tienen la misma opinión sobre lo que es una construcción sintáctica lógica y coherente. Por otro lado, lo de los concursos es, en mi opinión, la mayor tontería que he leido en la blogosfera porque un concurso no define lo bueno que seas; muchas veces los concursos están dados de antemano, por así decirlo, o buscan un tipo de relato concreto o mil cosas que, sinceramente, no creo necesario decir. Yo he participado en concursos siempre que éstos se han adaptado a lo que tengo porque, sinceramente, si no tengo nada escrito sobre alienígenas, no me voy a poner a escribir un relato de 20000 carácteres para un concurso...No es mi estilo de escritura y ya está.

Pero a lo que iba....Los sueños y las quimeras de la escritura empiezan a propagarse por la red como si fuese una enfermedad de fácil contagio. Todos hablamos de un sueños, al principio entre susurros y a los oídos de aquellos que conocemos; luego, el murmullo empieza a convertirse en una especie de lotanía hasta pasar a ser un grito de guerra que se propaga por la red a través de los blogs y las redes sociales... ¡Maravilloso siglo XXI! Y cuando estos sueños aparecen y cobran fuerza es el momento en que nos volvemos más vulnerables, porque estamos en un estado de ensoñación que, en ocasiones, nos impide distinguir realidad de ficción; es entonces cuando aparecen las desagradables quimeras que se esconden bajo una capa de maquillaje del bueno para mostrarnos un rostro amigable y sonriente que solamente busca una cosa: confundirnos.
Las quimeras virtuales son, sin duda, peligrosas (tal y como lo era la quimera de la fábula romana) porque nos hacen tener expectativas en algo que, posiblemente, no sea posible, pero...¿y lo felices que somos todos sumidos en nuestros sueños y quimeras? Sin embargo, amigos míos, debemos vigilarlas y controlarlas...un buen sueño es bueno, pero siempre hay que saber qué es un sueño y qué es realidad. La red está llena de testimonios de aquellos que cayeron en la trampa...aquellos que fueron engañados o intentaron serlo y nosotros, los escritores noveles, somos un botín perfecto. Estamos llenos de esperanzas, de ilusión y de sueños que esperamos ver satisfechos, pero debemos tener también la capacidad de observar lo que nos rodea con ojo crítico y obejtivo para poder distinguir a los aduladores de los amigos ciertos...distinguir las quimeras de los sueños.


Con estas advertencias y reflexiones de corto alcance y, quizás, menos profundas de lo esperado, os voy a dejar descansar por un rato mientras sigo investigando en los blogs y viviendo mi sueño en tanto que dure, en tanto que aparezcan esas terribles quimeras que nos amenazan.