viernes, 22 de agosto de 2014

Los Caminantes de Carlos Sisi


Hace un par de semanas decidí hacerme el carnet de la biblioteca de Móstoles. Lo había pensado antes, pero mi excusa perfecta fueron las vacaciones: "¿cómo me voy a llevar a la playa mi ebook? Mejor me llevo un libro de la biblioteca, que esos no se los llevan". Eso le dije a mi chico el día anterior, más ilusionada que una enana...¿qué le vamos a hacer? Finalmente fui y, junto a una guía turística de Tarragona, me llevé Orgullo y Prejuicio de Jane Austen y decidí probar suerte con las novelas de zombies. Nunca había leído nada de zombies, porque me da un poco de mal rollo el tema, pero había escuchado a muchos conocidos de Facebook hablar sobre un autor en concreto y me dije: "¿por qué no?" Así que me recorrí las baldas buscando a mi autor, Carlos Sisi, y cogí el primer volumen de Los Caminantes. No confiaba mucho en que me gustara, si os soy sincera, y por eso me cogí el de Austen para compensar y tener algo que leer en caso de que no me gustara. El caso es que mientras volvía a casa andando decidí empezar con los zombies para amenizar el trayecto y...me enganché. A la mañana siguiente ya había terminado el libro y estaba deseando ir a por los otros dos, así que devolví el de Jane Austen y el primer libro de la saga y me llevé a cambio el segundo y el tercero. El cuarto día de mis vacaciones ya había terminado con ellos y estaba loca por saber más.
Os aviso de que esto no es algo que me pase mucho (al menos últimamente). Encontrar un libro que me enganche de tal manera es complicado y por ello creo que Los Caminantes merecen un lugar en este blog.



Título: Los Caminantes

Autor: Carlos Sisi
Editorial: Dolmen
Año de edición:2009
Páginas: 272
ISBN9788493599393


Título: Los Caminantes. 
Necrópolis
Autor: Carlos Sisi
Editorial: Plan B
Año de edición:2014
Páginas: 566
ISBN: 9788494112874

Título: Los Caminantes. 
Hades Nebula
Autor: Carlos Sisi
Editorial: Minotauro
Año de edición:2014
Páginas: 464
ISBN9788445002032






Carlos Sisi nació en Madrid, pero actualmente reside en Calahonda (Málaga). Al parecer su afición por la lectura y la escritura viene de lejos y, como otros muchos autores, ha recibido el influjo de las obras de Stephen King. Por lo demás, poco os puedo decir que no vayáis a encontrar en su sitio web (recomiendo que lo visitéis si queréis saber más sobre el autor y sus obras), pero me consta que es una persona cercana y simpática, amante de su familia y amigo de sus amigos.
En cuanto a su producción, no os creáis que se limita a esta saga de temática zombie. No, no. Carlos ha escrito dos novelas más: La hora del Mar y Pantéon (que recibió el X Premio Minotauro en 2013); y una mini novela titulada Edén Interrumpido. Además, ha participado en antologías y ha publicado algunos relatos en la web.




Los Caminantes
Nadie sabía cómo había empezado todo, exactamente. El mundo se había desestabilizado mucho antes de que ningún científico hubiese podido dar alguna explicación. Ningún programa de televisión aguantó el tiempo suficiente como para teorizar sobre el problema. Al principio podías verlo en la televisión. Hablaban sobre ello; muy poco al principio, pero luego cada vez más; en la televisión basura de la noche, en los programas nocturnos líderes de audiencia, hasta que ya no se hablaba de otra cosa y la noticia del año lo inundaba todo.

Los Caminantes. Necrópolis.
El campamento de Carranque vive momentos dulces. Tras haber sobrevivido el ataque del Padre Isidro y sus enloquecedoras huestes de caminantes, los supervivientes se entregan a ensoñaciones y esperanzas de futuro propiciadas por los descubrimientos del doctor Rodríguez. Juan Aranda, su líder, decide utilizar su nueva condición para explorar la ciudad en busca de otras personas que continúen todavía con vida. Sin embargo, han pasado ya tres meses desde que se iniciara la pandemia zombi que asoló el planeta y sobrevivir es cada día más duro. Su periplo personal, no exento de vicisitudes, le aleja de Carranque, donde mientras tanto inciden nefastos designios que amenazan con convertirlo en una ciudad de muertos: una necrópolis.

Los Caminantes. Hades Nebula.
Tras sobrevivir a la devastadora pandemia que ha asolado el mundo y con la esperanza de ahondar en el misterio del Necrosum, el pequeño grupo de supervivientes de Carranque llega finalmente a la Alhambra de Granada, donde el aparato militar ha instalado uno de los últimos bastiones de resistencia de la Humanidad. Sin embargo, una vez allí descubrirán que las cosas no son cómo les habían prometido y los protagonistas deberán afrontar una realidad aún peor que todo lo que habían conocido hasta entonces. El autor se sirve de los muertos vivientes para describir situaciones de extrema dureza y dramatismo, explorando la complejidad del ser humano cuando se encuentra cara a cara con el terror en un mundo manifiestamente hostil, y lanzando al lector, en definitiva, a una montaña rusa de sensaciones que desemboca en la conclusión final.


Como he dicho al principio, esta ha sido la primera vez que he leído algo con temática Z y, sinceramente, no me ha desagradado, algo que se ha debido en gran parte a la forma de narrar que usa el autor y que a mí me ha resultado agradable...a ver, cuando se habla de zombies parece que todo es sangre, vísceras, chillidos y esas cosas que no resultan atractivas a todo el mundo, ¿no? Bueno, pues Carlos ha cogido todos esos elementos y los ha diluido con la narración del suceso como una crónica. No es una novela de zombies, es una crónica del apocalipsis zombie. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, pues que en la historia los zombies y la pandemia tienen un protagonismo indiscutible, pero lo comparten con las historias de aquellos personajes que dan vida a la novela: Juan, Dozer, Susana, José, etc. No es una historia de muerte, sino una historia de supervivencia y de superación, o, por lo menos, así lo he visto yo. Además, Carlos ha tenido el acierto de introducir en la narración el comportamiento del ser humano ante las crisis de una forma tan realista que con cada momento de acción yo me paraba a pensar: "¿Qué habría hecho yo? ¿Le habría ayudado? ¿Habría seguido escondida? ¿Les habría robado todo lo que tuviesen con tal de sobrevivir?" De verdad, hay momentos en los que el comportamiento humano que se plasma es duro y cruel, pero no puedes dejar de pensar que hay gente así y que una crisis de tal magnitud siempre saca lo peor de las personas.

En cuanto a los personajes... ¿Qué puedo decir sin desvelar demasiado? Bueno, me han parecido todos tan humanos que podía imaginármelos tranquilamente y sin esfuerzo, incluso llega el momento en que los conoces tan bien que intuyes lo que van a hacer y eso te hace sentir una conexión total con la historia. Mi favorito sin lugar a dudas es Dozer, lo que casi me lleva a morir de un infarto en alguna ocasión (los que hayáis leído los libros, seguro que me entendéis). Isabel me pone un poco nerviosa porque...¡dioses, que alguien le dé un capón! y Moses me parece uno de los personajes más interesantes del libro. El cura...es un buen ejemplo de la fragilidad de la mente humana ante ciertas situaciones extremas y las consecuencias que puede acarrear...seguro que un psicólogo se lo pasaría pipa analizando a este personaje, de verdad.

Ahora bien, voy a ser un poco tiquismiquis y voy a decir que ha habido algo que no me ha gustado. A lo largo del segundo y el tercer libro aparecen menciones a lenguas como el latín y Carlos se refiere a ellas como lenguas muertas...ains...ya sabéis lo delicada que soy con este aspecto. Llamar lengua muerta al latín es casi despectivo para los filólogos clásicos, la lengua latina y la griega forman parte de lo que solemos llamar lenguas clásicas...¿no quedaría eso más bonito? Sobretodo en boca del narrador (en boca de los personajes no me parecería raro), que demuestra un gran dominio de la lengua española y que no duda en introducir cultismos y latinismos. Además...¿sabéis que el latín sigue siendo lengua oficial de un país? Sí, es el Vaticano, pero...¿no es un país a todos los efectos por mucho que nos duela? Pues eso, que si es lengua oficial no se la considera muerta, vamos. 

En definitiva podemos decir que la historia me ha gustado bastante y me ha enganchado lo suficiente como para esperar con ganas el cuarto volumen que saldrá, al parecer, este año. Os lo recomiendo a todos los amantes del género y a los principiantes también, porque no estaréis ante una historia de zombies, sino ante una historia de seres humanos y...¡qué leches!...¿no os gustaría tener alguna idea en caso de un apocalipsis zombie? Porque yo he sacado varias de este libro...  


miércoles, 9 de julio de 2014

Con la Iglesia hemos topado...

Retomemos el blog, pero no en su faceta literaria, sino en la faceta de opinión...Vamos a ver, yo me considero una persona respetuosa hacia todo tipo de creencias y culturas, puedo hablar con gente de diferentes ideologías religiosas sin que ese pequeño detalle empañe una agradable charla o una amistad, pero siempre hay cosas que me hacen pensar que la gente tiene un morro gigantesco.
Empecemos diciendo que la gran mayoría de colegios concertados de España es de índole religiosa y, por si no queda claro, pertenecientes a la religión católica. Estos colegios concertados son financiados por el Estado español mediante dinero público en las etapas educativas obligatorias (Primaria y Educación Secundaria), pueden tener un apartado privado en las etapas educativas no obligatorias (Infantil y Bachillerato). Ahora bien, mi problema no empieza con la financiación de estos centros que, aunque escuece un poco, tampoco me parece algo digno de escándalo teniendo en cuenta la situación del país. Mi verdadero problema aparece cuando un docente, en este caso yo misma, busca empleo y para ello manda su curriculum vitae a los diferentes colegios concertados de la zona, sin importar si son católicos, protestantes o musulmanes...me da igual porque los alumnos son alumnos estudien donde estudien y crean lo que crean. Ayer, sin ir más lejos, me presenté a una entrevista en un colegio concertado cuyo nombre mantendré en el anonimato. Cuando me llamaron para concertar la entrevista no investigue sobre el colegio porque, sinceramente, me parece absurdo preparar una entrevista (por si alguien lo duda, la gente acostumbrada a hacer entrevistas es perfectamente consciente de cuándo está preparada una entrevista, cuándo las respuestas son premeditadas y no espontáneas, etc.), así que fui al colegio y, cuando me metieron en la sala de espera, no pude menos que pensar: "Con la Iglesia hemos topado". Un marco con la foto del nuevo papa, un retablo de la virgen y el niño Jesús precioso (de estilo renacentista, con una de esas vírgenes de cara inocente y ojos de corderito degollado) y un cuadro extraño de María, José y Jesús con un intento de inscripción  en griego (mal hecha, por cierto) me recibieron y me acogieron en aquella pequeña sala, pero yo no soy de las de juzgar las creencias, así que admiré esos detalles pictóricos con ojo artístico y esperé pacientemente. Al poco tiempo me vino a buscar el señor director de la institución y me condujo a su despacho para hacerme la entrevista más rara que he tenido nunca, y digo rara porque en mi formación académica se detuvo lo que tardo en leer el curriculum para confirmar datos como: Nombre, Apellidos y DNI (...en serio...¿dónde estudiaste? No me importa ¿Qué estudiaste? Una filología cualquiera que tampoco viene al caso); a partir de ese momento la entrevista se basó en preguntas del tipo (y os digo las que más me llamaron la atención):

  • ¿Con quién te llevas mejor, con tu padre o con tu madre?
  • Cuéntame una anécdota de tu pasado.
  • ¿Cuántos amigos tienes?
  • ¿Con quién vives? (Esta creo que puede ser normal en colegios religiosos, pero a mí me chocó mucho)
Estas son las más extrañas, las que me dejaron con cara de lerda mirando al buen señor y pensando si se habría metido un chute por la mañana temprano, pero yo respondí con diplomacia y con paciencia.A estas se unían las preguntas infinitas...digo infinitas porque el buen señor no sé si estaba probando mi paciencia o mi memoria, ya que me repitió cinco veces la pregunta: "¿Qué hobbies/gustos/intereses tienes fuera del trabajo?" "Descríbete con cuatro adjetivos" Una rayada monumental, la verdad, pero seguí respondiendo. 
Luego llegó la gran pregunta, una pregunta que lo era todo en la entrevista, creo. Daba lo mismo mis estudios, mis experiencias, mi forma de ser, mis hobbies o a quién quería más...la entrevista podría haber empezado y acabado con una pregunta tan simple como: "Busca cinco valores y órdenalos en tu escala de valores". me quedé atónita porque yo eso de los valores...bueno, viene inherente a cada persona, si alguien sabe jerarquizar los valores de su vida es que no los tiene muy interiorizados, ¿eh? Pero no me rendí y pensé en los dichosos valores y los ordené...pero me olvidé de Dios, tal como me recordó el señor con una sonrisa de: ¡pillada! Y yo no sé mentir, bueno, miento sobre ciertas cosas, pero, desde luego, no pienso mentir sobre mi inclinación religiosa porque no creo que sea necesario en el siglo XXI, quizás en el XVIII sí, pero ahora...no, hombre, no. Iniciamos un debate el señor director y yo, ya que él consideraba que debería haber enviado el curriculum únicamente a centros que se adscribiesen a mis creencias, yo disentí diciendo que la profesionalidad y la lógica no me impedían trabajar en un ámbito religioso ya que mi filosofía se basaba en el respeto. Él insistió y me explicó que todas las familias que acudían a ese centro buscaban una educación religiosa para sus hijos, que nadie que no fuese católico llevaría a su hijo a un colegio católico...disentí y lo defendí con el argumento de que no hace falta ser creyente para compartir la moral y ética del cristianismo, ya que son ideas tan lógicas que deberían estar presentes en toda la sociedad, fuese católica o no. Se quedó sin argumentos, pero me dio a entender que no compartíamos la misma postura y yo lo sentí porque me había preguntado en varias ocasiones qué creía necesario a la hora de trabajar en un equipo y mi respuesta había sido la que ahora él me negaba: "respeto mutuo".
La última pregunta de la entrevista ya me pillaba un poco cansada de gilipolleces doctrinales: "¿Qué cualidades de una persona te harían chocar con ella?" Y mi respuesta fue diplomática pero sincera: "No suelo chocar con la gente, pero me molesta la intransigencia y la falta de respeto". Y así nos despedimos, con un "te llamaremos" y un "encantada de haber mantenido esta agradable charla" de mi parte.
Sin embargo, al salir, me quedé pensando. Resulta que es un colegio concertado, es decir, financiado por el Estado y por dinero que no es 100% católico, pero los docentes de ese colegio (me consta que en otros religiosos esto no pasa) están obligados a ser creyentes y practicantes (seguro que la segunda parte de la entrevista sería algo relacionado con la religión, de verdad, recitar una oración o hablar sobre el Espíritu Santo, vete tú a saber). Si no eres creyente ni practicante tienes dos opciones: mentir y vivir una mentira, o decir la verdad y olvidarte de una oportunidad como docente. Bien, hasta ahí claro, pero...¿qué pasaría si en un colegio laico se juzgase al personal docente por sus creencias? Imaginaos que un colegio concertado se niega a contratar a un docente católico apostólico romano porque no comulga con la ética del centro...¿qué pasaría entonces? Seguro que algunos lo tacharían de desigualdad y dirían que es injusto que se juzgue a alguien por sus creencias para un puesto de docencia. Y yo lo apoyaría, porque...¿qué narices tiene que ver la tos para rascarse los pies? Somos adultos y creo que cada uno es capaz de razonar y entender que las creencias no están ligadas a lo profesional, ¿no?
Bueno, pues ahora ya sabéis dos cosas: 
  1. Si no eres católico no puedes llevar a tu hijo a un colegio religioso, aunque sea el que mejor resultados académicos obtiene y quieras que tu retoño tenga eso, justamente, una buena educación.
  2. Si eres laico y tienes una entrevista en un colegio religioso piensa en las opciones: prostituir tu integridad personal o pasar del tema.
A mí me ha quedado bien clarito que ciertos grupos religiosos quieren respeto, pero no están dispuestos a respetar las creencias de los demás, aún cuando esas creencias no estén relacionadas con el quehacer profesional.
Un saludo amigos lectores y feliz semana.

viernes, 3 de enero de 2014

El chico perfecto no sabe bailar el twist

Para empezar el año, he escogido un libro que me ha gustado bastante y me ha sorprendido gratamente. Hace un mes que me propuse escribir una reseña sobre él, pero lo he ido dejando pasar hasta que me he plantado y he dicho: "¡Ya está bien! Vamos a empezar a cumplir mis propósitos para el año." Y aquí lo tenéis, espero que os guste y que os anime a comprarlo y leerlo, porque merece la pena.









Título: El chico perfecto no sabe bailar el twist.
Autor: Bea Magaña.
Año de edición: 2013
Páginas: 212.
Ediciones disponibles: ebook kindle / Tapa blanda.
Precio ebook: 1.75€
Precio tapa blanda: 12.42€


Segovia, año 96. Tres años después de haber terminado el instituto, Carla y Caterina se niegan a dejar morir su amistad, a pesar de que parece que ya no tienen nada en común. 
Carla se ha convertido en toda una mujer, estudia Derecho en el colegio universitario, sale con un chico maravilloso y se siente feliz por haber recuperado a su mejor amiga. Caterina trabaja en el taller mecánico de su tío, sale los fines de semana con un grupo de chicos entre los que se cuenta como uno más y afirma no necesitar un novio para sentirse feliz.
Pero no todo es lo que parece. Detrás del amor profundo y sincero de Carla se oculta un sentimiento egoísta, la vanidad de una mujer insegura, una necesidad obsesiva de ser admirada y envidiada y la codicia de quien ha conseguido el tesoro que todo el mundo anhela y muy pocos encuentran. Mientras que detrás de esa máscara de chica dura, debajo de las ropas de camionero y de las manchas de aceite de motores, se esconde una Caterina hermosa y romántica que valora los sentimientos por encima de todo y que sueña con encontrar un gran amor, tal como hacía cuando era una adolescente
Y un día descubre que su chico perfecto existe en el mundo real... Y que se encuentra a tan solo una amiga de distancia.



Bea Magaña es una madrileña afincada en Lleida y con una estela literaria a sus espaldas que, a pesar de no ser tan conocida como debiera en el mundo literario, no debe obviarse. En la web podréis leerla y conocerla a través de su blog, donde podéis encontrar relatos y reflexiones muy recomendables, así como información sobre su obra maestra (en proceso de escritura).
Según ella misma dice:  "Escribir es como respirar: algo que necesito para vivir y que hago sin esfuerzo. Dicen que tengo talento; yo digo que las Musas sienten cierta predilección por mí. Escribo novela fantástica. Y hay todo un mundo en mi cabeza, un mundo lleno de historias que deseo compartir."


                          
Mi experiencia con las novelas románticas no es positiva. Suelen ser previsibles y aburridas, con una serie de tópicos que no terminan de convencerme y unos argumentos tan enrevesados que llegan a ser absurdos. Sin embargo, la novela de Bea Magaña se aleja totalmente de los estereotipos marcados por la novela romántica que yo conocía y consigue convertirse en una historia de sueños, de amor, de inseguridad y de deseos imposibles que te hace sentir identificada en algunas ocasiones.
Lo que más me ha gustado de la novela son los protagonistas. No son los típicos protagonistas ñoños y embobados que me ponen enferma. No, Caterina es una mujer con carácter que no tiene miedo a enfrentarse a las convenciones sociales, que no se achanta ante los cotilleos mal intencionados y que, en definitiva, no duda en ser ella misma. Sin embargo, ese aspecto de mujer decidida y dura se va resquebrajando poco a poco y nos va mostrando una faceta más tierna, más delicada...esa Caterina que escribe poemas de amor, que sueña con su hombre ideal...esa Caterina que se esconde tras la fachada para evitar ser herida. Y todo esto hace que Caterina sea el protagonista femenino más creíble que me he echado en cara en una novela de este estilo, porque no es perfecta ni pretende serlo; porque sufre y lucha para que nadie lo descubra...A mí Caterina me enamoró desde el principio, sinceramente.
Algo parecido pasa con el otro personaje femenino: Carla. Personalmente me cae fatal, para que os voy a engañar. Pero eso no deja de ser bueno, porque un personaje está bien creado cuando te transmite algo (ya sea positivo o negativo) y ha fracasado cuando te deja totalmente indiferente. A mí los personajes de esta novela me han transmitido muchas cosas, incluso los personajes secundarios como el tío de Caterina o la familia que aparecen brevemente; y eso es todo un logro.
Otro aspecto que me ha encantado de la novela han sido los diálogos. Son tan reales, tan cotidianos, tan factibles que te ayudan a imaginar con todo lujo de detalle la escena, que hacen que la novela se funda con la realidad y te sea imposible parar de leer. Me he reído con las bromas de la Gata, he maldecido con las tonterías de Carla, he suspirado con las palabras de amor de Javi (ese hombre...ains...me enamoró totalmente), he sentido lástima ante la situación de Fran....He sentido tantas cosas que la historia se me hizo muy corta y, cuando la terminé, me quedé con la sensación de querer saber más.
En fin, como veréis no tengo muchos peros. La historia me ha encantado y la prosa es muy buena, algo que raramente va unido (una lástima, pero una realidad).






Propósitos del nuevo año



¡Feliz año nuevo, compañeros! Apenas hace tres días que entramos en el 2014, un año lleno de esperanzas para muchas personas y de muchos sueños para otras; sea como sea, espero que este año signifique un cambio en nuestra vida (para mejor, por supuesto) y que podamos dejar atrás el regusto amargo de los últimos años. Tengo fe en que este año será mejor para todos, de verdad, podéis llamarlo intuición, palpito o simplemente locura, pero quiero pensar que el 2014 traerá cosas buenas consigo para todos nosotros.

Todos los años suelo hacer un balance del año anterior, pero esta vez no me apetece regocijarme en las cosas malas y quiero hablaros de mis esperanzas y sueños para este año entrante. He de deciros que me apetece cambiar un poco y volver a retomar el blog, ya que lo he tenido muy abandonado; es cierto que no tengo mucho tiempo con mi trabajo y la casa, pero quiero intentar actualizar aunque sea sólo un día al mes.

En mi idea de revivir el blog y conseguir que resurga de sus cenizas, quiero iniciar una rutina de publicación, posiblemente mensual, que se basará en reseñas o entrevistas, sin cerrar la puerta a las reflexiones y los relatos (si es que mi musa decide volver a mi lado, claro). Quizás haya meses que pueda escribir más de una entrada, otros hallaréis silencio (espero que sean los menos), pero espero que sepáis perdonarme y esperarme como siempre habéis hecho; yo por mi parte prometo esforzarme y acudir a vuestras llamadas.

Otra de mis esperanzas para este nuevo año reside en los comentarios del blog. Yo no sé si lo habréis notado, pero me llegan muchos comentarios falsos...spam, vamos, y estoy un poco hasta las narices de borrarlos, bloquearlos y que me lleguen 10 o 12 por día. Todo esto empezó a raíz de eliminar la medida de control de comentarios (sí, sí, el coñazo ese de poner unas letras para verificar que eres humano) porque muchos de vosotros os quejabais de que no se os veía o que no os aceptaba u otros fallos de diversa índole. El caso es que, visto lo visto y sintiéndolo en el alma, voy a activar nuevamente el control de comentarios para evitar el problema del spam (me colapsa el mail y me quita mucho tiempo); de esta forma espero poder dedicarle algo más de tiempo a la respuesta de comentarios.

En fin, yo creo que por hoy basta de charla aburrida. Espero que mis nuevas ideas os hayan gustado y que sigáis fieles al blog como hasta ahora.

Un saludo, compañeros de fatigas.