miércoles, 31 de agosto de 2011

Una canción que me inspira

Buenas noches, lectores.
Hoy me apetece compartir con vosotros una canción que me inspira, me arropa y me hace sentir menos sola cuando estoy en medio de uno de mis ataques "¿por qué narices hago esto?". Nach siempre me ha inspirado, pero esta canción...bueno, me parece que describe muy bien cómo nos sentimos aquellos que queremos dedicar nuestra vida a hacer algo que nos apasiona, pero que poca gente considera "de provecho".
No puedo recordar cuándo perdí la cuenta de las miradas de extrañeza o los cuchicheos que se despertaban cuando se me ocurría decir que me gustaba escribir...hasta que dejé de hacerlo, preferí escribirlo y guardarlo cerca, para, en días como estos, poder coger esas páginas y recordar por qué lo hago. Ahora, sin embargo, me encuentro con esta canción que merece la pena escuchar o, por lo menos, leer.
Esta entrada os la voy a dedicar a todos vosotros, que seguramente alguna vez os sintáis solos e incomprendidos, tentados a abandonarlo todo para poder ser aceptados sin miramientos por los demás...Luchad y recordad por qué hacéis lo que hacéis.
Dulces sueños, amigos.

Para mi es muy sencillo, la vida debería vivirse al límite, no hay que someterse a ninguna norma, ni dejarse influenciar por lo que lo otros puedan decir o pensar sobre ti, hay que ver cada momento, cada idea, cada día como un verdadero reto y entonces solo así una logrará vivir la vida en la cuerda floja.
Mientras el papel se llena mi espíritu se vacía,
de todas formas lo prefiero a tu oficina,
no podría haber ver pasar los días moviéndome igual que una autómata,
elegí el salto mortal del acróbata,
fui un nómada buscando verdades,
deje atrás tantas amistades
y corazones partidos en dos mitades,
tú que sabes de la incertidumbre,
del esfuerzo que supone elevar mis canciones hacía la cumbre
y aunque el desamor me tumbe,
iré en mi propia dirección, soy un sastre del desastre,
lastre en cada relación, un mago enamorado del riesgo y de sus destellos,
y quien quiera que me quiera deberá lidiar con ello.

Qué le voy a hacer si vivo tranquilo en otra galaxia,
si lo conocido me asfixia no calma mi ansia,
preso en la nostalgia las hojas son mi elixir,
andando en la cuerda floja, ¡está es la vida que elegí vivir!


Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara,
morimos por cada palabra sin temerle nada,
vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca,
morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.

Seguimos recargando el arma, vomitando el alma,
escribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.

Solos nos salva la fe, es todo lo que tenemos,
la cuerda floja en nuestros pies hoy pide que abandonemos.


Soy funambulsita, dueño de la cuerda floja, donde se ocultan los sueños,
vivo detrás de una hoja, así vi el ataúd, igual que el tiempo que se esfuma,
llevo encima aquella cruz por un poco de luz de luna.

He perdido tanto por no estar atento,
más que al boli y al papel y al recitar mis sentimientos,
he donado todo y he dado mi sufrimiento,
he abandonado a mí ser y se lo he regalado al viento.

Por un pedazo de cielo de las nubes
formadas con poesía con sabor a caramelo,
mas, mas cuando escribo, sangro y duelo,
qué me espera en el último peldaño de escalera hacia el anhelo o en el pozo de los deseos, perdí a mis dos mujeres, placeres por verdaderos trofeos,
he perdido todo menos un menos un tornillo desde que somos aliados el bolígrafo y yo.


Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara,
morimos por cada palabra sin temerle nada,
vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca,
morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.

Seguimos recargando el arma, vomitando el alma, e
scribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.


Solos nos salva la fe, es todo lo que tenemos, la cuerda floja en nuestros pies hoy pide que abandonemos.
Y aunque el suelo queme, miro hacia delante,
aunque ande cansado, créeme soy un amante que teme amar demasiado,
he aceptado mis dilemas, mis delirios, mis letargos,
he retado al equilibrio y no consigo derrotarlo,
he visto al presente a mi lado pasar de largo,
he llorado sangre escribiendo un pasado amargo,
he perdido el miedo y hasta el cielo de tu boca,
mas yo vivo donde hasta la floja cuerda quede rota, llamémosle la cuerda floja.

Plasmo mis escritos en la hoja con sagrada inspiración de luna roja,
soy funambolista de palabras y equilibrio por todos los que defienden paradoja.

Por los que viven en la hora en las que hayan ojos que les juzguen,
por los que a veces se hunden luego resurgen,
por los que lo arriesgan todo, por plasmar hoy en sus hojas ,
por los que caminan solos fingiendo en la cuerda floja.


Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara,
morimos por cada palabra sin temerle nada,
vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca,
morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.

Seguimos recargando el arma, vomitando el alma, e
scribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.



1 comentario:

  1. ¡Una gran letra!!! La música es un medio maravilloso para conectar con la inspiración cuando la has perdido momentáneamente. A mí me sirve para encontrar sentimientos en los personajes y ambientar escenas de lo más diversas, pero también para subirme el ánimo, como a ti, o para visualizar la culminación de todos mis deseos.
    ¡Pasa un buen día!
    ¡Un besoooooooo!

    ResponderEliminar

Aquí puedes poner lo primero que se te pase por la cabeza...o...mejor, pon lo segundo!!!