Un suave palpitar inunda mi cabeza,
noto como una mirada me taladra
y sé, con toda certeza, que estás cerca.
El estomágo cual mariposa revolotea,
noto como tu mano se acerca
y siento que mi vida ya es tuya.
He confiado, me he entregado y he vivido
por ello, no me arrepiento de haberte amado,
aunque haya significado el mayor desengaño.
Nunca olvidaré sus ojos mirándome en la noche
o su sonrisa aquél día en el porche,
porque el alma del enamorado,
a pesar del daño recibido,
nunca olvidará la mano del ser amado.
interesante
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