sábado, 31 de diciembre de 2011

La última entrada del año.

Se acaba el año. Un año que ha sido duro para casi todos los españoles, un año que ha traído más lágrimas que sonrisas, ha separado familias, ha golpeado las ilusiones de la gente, ha provocado que los sueños se rompan en mil pedazos y queden esparcidos por el suelo por el que nosotros andamos descalzos... Un año de mierda, vamos, aunque eso sí, ha tenido sus momentos buenos también (no vamos a negarlo). Seguro que todos habéis tenido vuestros momentos alegres durante este año, quizás unos habéis tenido más momentos alegres que otros y eso está bien, la verdad.
En fin, esta entrada que inicio con un tono deprimente digno de una carta suicida no pretende ser eso, deprimente, sino servir como una reflexión del año. Se han puesto de moda las entradas reflexivas en las que la gente hace balance del año que se acaba y se ilusiona con las probabilidades del año que empieza, una moda que me ha resultado agradable y que he acogido con los brazos abiertos...sí, es un eufemismo para decir que les he plagiado la idea a mis amigos bloggeros :)
Bueno, para mí este año ha sido especialmente duro. Ha sido un año de esfuerzos vanos, ilusiones rotas, decepciones...un año de luchar continuamente por todo. Sin embargo, he de reconocer que este año me ha proporcionado momentos muy buenos y me ha enseñado cosas que no habría podido aprender de otra forma. Este año 2011 he aprendido a decir basta cuando no puedo más, a protestar cuando es necesario, a perseverar en mis decisiones, a pensar antes de actuar, a madurar, a vivir el presente y a soñar... He conocido la cara más horrenda del mundo, pero también he conocido la cara más amable a través de todos aquellos que, sin haberme visto en la vida, me han prestado su apoyo y sus consejos en los momentos más duros, aquellos amigos que me han escuchado cuando necesitaba hablar y me han hablado cuando necesitaba algo que escuchar... He descubierto que no estoy sola en el mundo, que existen muchas personas como yo, que no soy rara, sino especial. He descubierto que, por muy mal que pinte todo, siempre hay que conservar una luz en el horizonte, algo que nos sirva de guía en la oscuridad y nos proporcione calor en las noches heladas.
Este año he abandonado antiguas amistades y he retomado otras; he conocido a gente maravillosa que me ha demostrado que lo importante no es quedar todos los días a tomar un café, sino compartir un sueño y ser capaces de ayudar a otros a cumplirlo. No me arrepiento de nada de lo que ha pasado este año. Sería una estúpida si lo hiciese porque arrepentirse del pasado no soluciona nada, solamente nos hace sufrir durante más tiempo y nos hace olvidar la lección que esos errores han dejado tras de sí. No, no me arrepiento de haber sufrido tanto porque ese sufrimiento me ha ayudado a crecer como persona y me siento orgullosa de mí misma y de la forma en que he superado todos los obstáculos que se han puesto en mi camino.
El 2011 ha tenido, como ya decía, momentos muy buenos. En primer lugar, he conocido a unas personitas maravillosas que se han convertido en parte de mi vida y que se han ganado un lugar privilegiado en mi corazón a pesar de no habernos visto en persona. Vosotros, personitas de mi corazón, ya sabéis quiénes sois y sabéis que me alegro de haber consigo meteros en mi vida y que os deseo lo mejor.
En segundo lugar, he empezado a cumplir un sueño que había mantenido en suspenso durante mucho tiempo. Este año comencé a mover mi primera novela y a luchar para publicarla... Es más, este año he salido del armario de escritores y he gritado a los cuatro vientos que escribo, algo que nunca me había atrevido a hacer por miedo al rechazo de los demás. Los sufrimientos de los que os hablaba me han llevado a quedar finalista en un concurso de relatos y mi relato Cambiar la historia, que sirve como recuerdo de uno de los momentos más negros de este año, ha sido publicado... ¡qué alegría! Supongo que la mayoría de vosotros me entiende. No es que me hayan dado dinero...no, simplemente me han publicado y eso para mí es un logro monumental, algo que me llena de orgullo y mucho más sabiendo que ese pequeño relato es una pequeña parte de mi alma y ha llegado al corazón de otras muchas personas que lo han leído y han llorado con él.
Mi novela sigue aparcada, a la espera de que alguien se interese por ella...no me importa; como bien dice mi compañera Raquel: lo que tenga que ser, será. No me doy por vencida y sé que, tarde o temprano, publicaré Eterna Oscuridad de una forma u otra...tengo toda la vida por delante y una paciencia a prueba de balas. Además, tengo la satisfacción de saber que otros han leído mi historia y han terminado encantados...incluso me han escrito críticas!!! ¿Cómo iba a pensar en eso hace unos años cuando lo que escribía no salía de mi ordenador? Ahora sonrió cuando alguno de mis amigos y compañeros me felicita por lo que escribo, me siento flotar en una nube y me lleno de orgullo...por fin lo he hecho. Me atreví a ser valiente y dar el salto, y vosotros, amigos, me recogisteis entre vuestros brazos. Mil gracias.
Todo este apoyo desemboca en la última noticia positiva que trae este año: la web. Durante esta semana me vino la inspiración y decidí que sería interesante tener una web dedicada a mi novela, una web con información detallada sobre ella y sobre mí, con novedades especiales para mis lectores. Y la hice. Construí la web de Eterna Oscuridad que podéis visitar haciendo click en el link.
Como final a esta entrada caótica, sentimental y extraña como la autora misma, quiero decir que no sé qué me deparará el nuevo año. No sé si será mejor o peor que este año que se marcha, y tampoco quiero saberlo, la verdad. Sin embargo, lo que sí que sé es que continuaré luchando como una fiera por todo aquello que me importa, seguiré ayudando a todos esos amigos y compañeros que comparten esta locura de sueño literario, y me esforzaré por seguir sonriendo aunque me cueste...ah! y, por supuesto, seguiré plasmando mis pequeños desvaríos en este espacio que se ha convertido en el último lugar libre de mi vida.
Muchas gracias por estar ahí en este año, amigos míos, y espero que el 2012 os traiga tantas sonrisas como os merecéis.
Un beso y un abrazo.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Especial Navidad

PÁRAMOS DE SOLEDAD OS DESEA...¡FELICES FIESTAS!

Amigos lectores, lo primero de todo quiero desearos unas felices fiestas. Espero que todos estéis pasando estos días en compañía de vuestros seres queridos, recibiendo todo el amor que os merecéis y olvidando con los buenos momentos aquellos malos que habréis pasado a lo largo del año.
Estas Navidades quería hacer algo especial en el blog, pero no he tenido mucho tiempo y los contratiempos me han impedido estar presente en la blogosfera. Como bien habréis notado, he cambiado el aspecto del blog por uno más navideño, con copitos de nieve incluidos, y que espero os haya gustado. Sin embargo, el gran acontecimiento o el gran regalo del blog para estas fiestas es el siguiente relato navideño que tiene como protagonistas a Daniel y a Elisa (quiénes no les conozcáis, podéis ir a la pestaña de Eterna Oscuridad y allí se os aclarará todo).
En Elindora no existe la Navidad, pero existe una festividad equivalente en la que se celebra el nacimiento de la diosa Mirthal, diosa de la tierra, cuyo nacimiento supone el nacimiento del mundo y de los seres que lo habitan. Es una festividad importante, dura tres días durante los cuales el trabajo no está permitido y los habitantes de Ember se dedican a festejar este acontecimiento. Durante el tercer día, el día de las hogueras, los habitantes de las ciudades encienden hogueras y cada uno de ellos pide un deseo a la diosa lanzando una figurilla de madera al fuego; si la figura es consumida por el fuego, significa que la diosa no va a cumplir su deseo, pero si la figurilla permanece intacta al final de la fiesta, entonces el deseo se verá cumplido.
Pues nada, después de esta pequeña explicación sobre la festividad del Nacimiento, sólo me queda dejaros tranquilos para leer este pequeño relato que espero os guste y desearos un maravilloso fin de año y una magnífica entrada en el año nuevo.




El cielo estaba encapotado. Nubes de color blancuzco se extendían sobre sus cabezas, sumiendo el mundo en un día extraño de luz desvaída. Un día perfecto para aquellos que no pueden exponerse a los rayos del sol; para aquellos obligados a vivir en una continua oscuridad, ese tipo de días eran una bendición pues les permitía disfrutar de un paseo a pleno día.
Las dos figuras encapuchadas caminaban con paso tranquilo por uno de los caminos que unían la gran ciudad de Painthful con las aldeas de la costa. Los encapuchados andaban en silencio, concentrados en el tenue calor que los rayos del sol velado producían en su piel; un calor soportable, incluso agradable para ellos, que les permitía soñar con ser de nuevo humanos.
El camino que normalmente estaba bastante transitado por carruajes de nobles que se trasladan a sus villas o por las carretas de mercancías que acuden a la ciudad en busca de una buena venta o por aquellos campesinos que van en pos de un trabajo o una oportunidad; sin embargo, ese día el camino estaba vacío y silencioso.
- ¿A dónde vamos, Dan? - preguntó una de las figuras, rompiendo el silencio con una voz aterciopelada.
- He pensado que podríamos pasar estos días de fiesta en alguna de las aldeas de la costa. - contestó el otro mientras se giraba para ver a su compañera y dejaba ver una sonrisa.- Este tipo de festividades hacen fácil que nos mezclemos entre los humanos y yo tengo algunos amigos a los que hace mucho que no visito...
- Nos darán caza, Dan. - suspiró ella, deteniéndose en el camino y dejando que la capucha resbalase por sus cabellos rizados.
- No puedes pensar siempre lo peor, Eli. - la voz del joven estaba preñada de tristeza mientras observaba los ojos verdes de la muchacha teñidos por el rojo pardo de la sed. - ¿Otra vez estás hambrienta?
- No. - contestó ella, bajando la mirada y acelerando el paso para evitar otro de los sermones de su compañero.
- Elisa, no puedes hacer eso. - dijo él, poniéndose a su altura y deteniéndola para mirarla a los ojos. - Si sigues fingiendo que puedes aguantar terminarás cometiendo una locura, ya te lo he dicho mil veces y...
- Lo sé, lo sé. - interrumpió ella. - No quería interrumpir la marcha, eso es todo.
- A veces me cuesta entenderte, Elisa. - suspiró él y, con una sonrisa, tomó el pálido rostro de ella entre sus manos y depositó un suave beso en su frente.- Venga, busquemos algo que  haga recuperar ese magnifico color verde a tus ojos.

Elisa nunca podría olvidar ese año. Fueron las últimas fiestas del Nacimiento que vivió con Daniel y las primeras desde su conversión en las que se había sentido casi normal. Aún podía recordar lo hermoso que le había parecido todo...la aldea a la que llegaron estaba adornada con miles de velas, telas de colores que colgaban de las casas o cruzaban las calles de balcón a balcón. La gente reía y bebía, cantaban canciones dedicadas a la diosa que trajo la luz al mundo... Nadie se fijaba en ellos mientras atravesaban las calles atestadas y se dirigían a las casas ubicadas en la parte norte. Se sentía completamente normal, como si ella misma pudiese llegar a mezclarse entre aquellas personas, quizás incluso podría convencer a Daniel de que fuese su pareja de baile...quizás podrían beber ponche a la luz de las hogueras y reír con las historias de los narradores...quizás pudiesen disfrutar de una noche normal, que culminaría con un beso tímido a la luz de alguna vela... Suspiró con tristeza y volvió a observar a aquellos humanos que se divertían sin advertir la amenaza que caminaba entre ellos; aquellos seres tan inofensivos ahora, pero que podían darles caza como si fueran animales. Y sintió su cuerpo hervir por la ira, los colmillos luchando por salir de su escondite, su parte más animal instándola a acabar con todos aquellos que tanto dolor podían causarle...aquellos seres que no podían ser más que comida para ella.


Daniel sonreía mientras observaba el rostro iluminado de Elisa, absorta en la contemplación de las celebraciones y sorprendida por la posibilidad de pasear entre humanos sin que intentasen darles caza. Desde que abandonaran la orden, Daniel se había sentido desolado por la vida que aquella joven iba a tener que llevar...alejada del mundo que conocía, obligada a esconderse, temerosa de todo aquel que se acercase... Él había pasado por ello, pero pronto había entrado a formar parte de la Orden y se había sentido arropado por la comunidad, algo que había hecho más fácil aceptar su condición como vampiro. Sin embargo, a Elisa le habían arrebatado esa oportunidad de vivir una vida casi normal, rodeada de gente en la que confiar, y eso le dolía más que cualquier otra cosa. Por eso, verla allí, rodeada de gente, y sonriendo le hizo pensar que la diosa le había concedido su deseo, el único regalo que podía pedir en una fecha tan significativa como aquella.
Lo notó incluso antes de que empezara. Conocía tan bien a Elisa que era capaz de leer sus pensamientos sin necesidad de tener ese don que ella poseía. Vió como su sonrisa se congelaba en sus labios carnosos adquiriendo la imagen de una mueca y supo que estaba teniendo uno de sus ataques...Siempre se olvidaba de que era joven. Demasiado joven como para controlar esos instintos que la susurraban instándola a dejarse llevar por su naturaleza. Nunca se había rendido y Daniel jamás había tenido la necesidad de pararla, pero nunca antes habían estado rodeados de tantos humanos...el olor de la sangre caliente inundaba todo el aire y Daniel se sintió estúpido por no haberlo notado antes.
- Elisa. - susurró, poniendo sus manos sobre los delicados hombros de su compañera que temblaba violentamente.- Venga, Eli, tú puedes vencer...lucha...imagina que estos humanos son parte de tu familia. - sabía que ese era un golpe bajo, pero también conocía bien a Elisa y sabía que ese comentario conseguiría traerla de vuelta. - Tu abuela, tu madre, tu padres...los hermanos que nunca tuviste...
- Dan...- susurró ella, cerrando los ojos y concentrándose en las imágenes que su compañero le transmitía.- ¡Oh, Dan! Lo siento mucho...no sé que...
- No pasa nada, Eli. - le tranquilizó él, sonriendo mientras la conducía con cuidado a una callejuela poco transitada. - Vamos, necesitas respirar aire fresco, querida.

Como siempre él la había salvado. Había impedido que se lanzara sobre aquellos humanos indefensos y los asesinará a todos. Había impedido que se convirtiera en lo que más odiaba. Daniel siempre la salvaba, siempre estaba allí para protegerla y devolverla al buen camino. Y mientras andaban por las callejas tapizadas de serrín, mientras los primeros copos de nieve caían sobre ellos creando fantasmagóricas sombras al pasar junto a las velas, mientras Daniel tomaba su mano con cariño y sonreía...entonces supo que él era el regalo que la diosa le había enviado.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los antagonistas y su vídeo

Hace una semana os traje a los protagonistas de Eterna Oscuridad a través de un vídeo que pretendía presentároslos de una manera más personal y atractiva. Pues bien, ahora le ha llegado el turno a la otra parte; a aquellos que os harán sufrir a lo largo de la novela :D
Espero que os guste tanto como el anterior y, por supuesto, que comentéis y deis vuestra opinión :D

lunes, 21 de noviembre de 2011

Los protagonistas. Versión definitiva

Buenos días!!!! Pues aquí tenéis la versión definitiva del vídeo. A lo largo de esta semana colgaré un nuevo vídeo dedicado, en esta ocasión, a los personajes más oscuros de la novela.
Espero que os guste!!!

sábado, 19 de noviembre de 2011

Buenas tardes, amigos míos.
Volviendo a retomar un poco la novela, aquí os dejo el vídeo que he montado para presentar a los personajes de Eterna Oscuridad.
Bueno, dado que mi amiga y compañera Raquél comentaba que la letra le parecía un poco sosa, he creado el mismo vídeo pero con otra fuente...¿cuál os gusta más? Ya sabéis que vuestras opiniones sí cuentan, así que...ánimo!
Espero que os guste!



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Lo que mis musas piden

Hace tanto frío que noto los dedos entumecidos mientras golpean las teclas del portátil que descansa sobre mis piernas extendidas, proporcionándome un delicioso calor que agradezco con una silenciosa sonrisa. La casa está tranquila, como todas las mañanas cuando los niños se han ido al colegio y los padres están trabajando...y tengo la casa para mí. 
A través de los grandes ventanales de mi habitación puedo ver el bosque vestido de los colores otoñales y bañado con pequeñas gotas que la niebla nocturna ha depositado con suavidad en sus hojas, lo que hace que el tímido sol que traspasa el velo grisáceo que cubre el cielo refleje sus rayos en ellas y el bosque se convierte en un maravilloso espectáculo de colores y reflejos.
Todas las mañanas hago lo mismo. Me tumbo en mi cama, enciendo el ordenador y, mientras mis dedos descansan en el teclado, observo el bosque a la espera de esa inspiración que me permita completar algo...una página, un capítulo...Y siempre pasa lo mismo: nada. No sé por qué el bosque me inspira, pero mis dedos no parecen estar dispuestos a teclear y mi cerebro se ve incapaz de hilar frases que me parezcan adecuadas... Me frustro y termino divagando...pensando...echándote de menos. Entonces hoy he comprendido al fin que la inspiración siempre ha estado a mi lado. Me susurraba, pero yo no quería escucharla porque yo quería escribir sobre algo y ella me hablaba de otra cosa muy distinta... Y aquí estoy. Prestando atención a las palabras que se deslizan en mi mente y poniéndolas en este espacio que otros tantos pensamientos y divagaciones ha recibido.
Mis musas me suplican que hable de ti.  Me imploran que ponga por escrito lo mucho que te echo de menos...así que ahí va.

El frío siempre me recuerda a ti. No porque seas frío o distante...no. Me recuerda a ti porque cuando llega el frío suelo arrimarme a ti para que me des calor...recuerdo que te quejas y dices que te molesto, y yo respondo con una sonrisa y mis pies helados enroscándose en tus piernas lo que te hace lanzar un gemido molesto por el repentino frío. Así que aquí, en esta cama, siempre echo de menos poder enroscar mis pies helados en tus piernas...y que me digas eso de: ¡quítate los calcetines! Y yo te responda: ¡hace frío! y ambos empecemos a reírnos ante lo absurdo de nuestra conversación.
Echo de menos las tardes eternas arrebujados bajo una manta mientras vemos una película o una serie. Y la llegada del viernes...nuestro continuo: tenemos que salir pero...hace frío, y vuelta a empezar. Manta, película, palomitas. Risas, conversaciones, enfados, bromas...cosquillas... Y yo arrimándome a tu pecho en busca de calor y terminar abrazados sin que la película o la serie importen.
Salir a la calle y quejarme del frío que tengo, y que tú me cedas espacio en el bolsillo de tu abrigo para que meta la mano y así podamos pasear cogidos de la mano. O tú diciéndome que cómo no voy a tener frío si salgo con el pelo mojado, y yo diciéndote que odio el secador y que me gusta así... y tú poniendo esa cara de "no te entiendo" y yo riéndome en mi interior mientras me pongo mi gorro favorito. 
Tú diciéndome que te gusta cómo me quedan los gorros...yo diciendo que me encanta el invierno sólo porque puedo ponerme mis gorros y ver esa mirada tuya y esa sonrisa mientras me dices: ¡Qué guapa! Yo saliendo a la calle con mi gorro, mis guantes, mis botas...y decir: ¡Odio el invierno! Y tú reírte porque no entiendes cómo puedo cambiar tanto de opinión, mientras me abrazas y me haces tropezar y casi caer al suelo. 
Ir en el coche al Xanadú y mirar el cielo grisáceo, y decirte: ¡qué bonito! Y tú mirarme como si fuera una demente... Relajarme en el asiento mientras suena alguno de esos grupos que tanto te gustan, la lluvia golpea los cristales y yo hablo como una cotorra de cualquier tontería que pueda ver o recordar, mientras tú, con paciencia infinita, escuchas, sonríes e intervienes en el momento justo mientras sujetas mi mano o pones la tuya sobre mi pierna, para que sepa que estás ahí... Y yo sonrío como una tonta y sujeto tu mano con fuerza, para que sepas que he recibido ese mensaje silencioso y que aprecio el gesto.
En fin...mis musas me han hecho ver que tú y el invierno vais unidos, inseparables y necesarios...Y por eso mis musas no quieren más que escribir sobre ti...porque te echan de menos como yo y notan que el invierno está incompleto sin ti.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Indignación de una futura opositora.

A la espera del temido veredicto de las diferentes comunidades y del gobierno acerca de las ansiadas oposiciones de secundaria para el 2012, tengo mucho tiempo para reflexionar, preocuparme, prepararme un temario que no sé si será aprobado, volverme religiosa... y buscar en internet noticias sobre este caso en concreto. De hecho, me he vuelto adicta a algunos foros de profesores en los que he encontrado opiniones, consejos, datos y...gilipolleces, vamos a decirlo con todas las letras. Este post, de hecho, va a tratar sobre una de esas gilipolleces que he tenido la desgracia de leer esta tarde mientras indagaba acerca de los nuevos temarios (que han salido con epígrafes...todo sea por marear la perdiz) e intentaba sacar en claro qué cojones pasa en este panorama.
El post en concreto lo he encontrado en el foro del CSI-F cuyo enlace os pongo para que podáis cercioraros de que no me estoy inventando nada y que esta opinión es tan real como absurda e improcedente. El título que la usuaria ha puesto a su post me ha llamado la atención y es por eso por lo que me he metido a leer: "Los fijos (y yo incluida) no queremos que se convoque oposición".
El título ya empieza mal...es como decir: "los que tienen comida (y yo incluida) no queremos que se repartan alimentos entre los pobres". Y la cosa no mejora cuando leer el contenido...basura, eso es lo que es este post, basura gratuita que pretende ser excusable por la situación económica del país cuando, en realidad, se escuda en un sentimiento egoísta y egocéntrico. Para que podáis opinar con mayor libertad, el texto íntegro del post es el siguiente:

"NO ME QUIERO CHUPAR UN LARGO VERANO SENTADA EN UN SILLA PARA EXAMINAR A 1000 PERSONAS PARA TRES PLAZAS DE NADA... ADEMÁS POR SUPUESTO SEGURO QUE COMO ESTÁMOS QUE NO NOS PAGAN NI LAS ITINERANCIAS, NI NADA DE NADA, MUCHOS MENOS NOS PAGARÁN ESE MES  Y SUS CORRESPONDIENTE DIETAS.
ASI  PUES LA MAYORÍA DE LOS FIJOS NO QUEREMOS QUE HAYA OPOSICIÓN.
GRACIAS!!"
Lo primero que haré será agradecer a esta persona su generosidad y su empatía con el resto de compañeros. Muchas gracias por decidir que no te merece estar un verano haciendo algo que,curiosidades de la vida, forma parte de tu trabajo y muchas gracias por juzgar que tres plazas no sirven de nada...a ti, por supuesto.
He seguido leyendo el hilo de este foro porque me ha parecido surrealista y me he encontrado con gente que prefiere que no se celebren oposiciones..."si no hay dinero para mantener a los profesores actuales, que no se convoquen oposiciones". Bien, una reflexión lógica que apoyaría sino fuera porque eso no es así ni es justo. Señores, tengamos en cuenta que un amplio porcentaje del profesorado ha obtenido una plaza gracias a un sistema de oposición injusto que premiaba la experiencia sobre los conocimientos reales de la materia o la capacidad de enseñar; así que ahora no me vengáis con el cuento de que ese trabajo es vuestro y nadie más tiene derecho a optar a él...parece que algunos se olvidan de que es un trabajo público, que no debería significar un trabajo para toda la vida en el que me puedo rascar los huevos a dos manos sólo porque he aprobado un examen y ya no hay quien me eche...como bien dice un usuario de ese mismo foro, esa situación es una "perversión del sistema" que ha permitido crear un sector de trabajadores seguros de la estabilidad y continuidad de su trabajo y que, por tanto, suelen olvidar cuáles son sus funciones, deberes y obligaciones. No, no digo que todo el profesorado (o todos los funcionarios) sean igual...si así fuera, apaga y vámonos. Está claro que hay de todo en este mundo y yo conozco grandes profesores que no dudan en echar una mano a aquellos que, como yo, intentamos integrarnos en el sistema.
El verdadero problema son aquellos "docentes" de iure pero no de facto que muestran  un egoísmo absoluto arropado por la seguridad de un empleo fijo que, hagan lo que hagan, no se va a esfumar. Me parece absurdo que haya gente que se oponga a las oposiciones alegando que hay muchos profesores...sí, hay muchos profesores, pero...en serio, ¿cuántos de esos profesores no deberían haber obtenido una plaza? Pensémoslo y reflexionemos antes de empezar a lanzar cuchillos contra aquellos que, como yo, intentamos acceder a un trabajo que nos gusta y para el que nos hemos formado. Porque, señores, yo he estudiado cinco años de carrera y para acceder a estas oposiciones he tenido que estudiar un maldito máster que me ha costado sudor y sangre, solamente para poder cumplir mi sueño de ser profesora. 
Así que a esos profesores tan acomodados en sus plazas y tan preocupados por lo que la sangre nueva pueda traer consigo (el apocalipsis educativo, según he leído por la web), incapaces de entender la necesidad de incorporar profesores nuevos y formados con los que cooperar por el bien de la educación pública, a esos profesores que dicen no a las oposiciones porque les joroban un mes de vacaciones o porque no les interesa que se agreguen nuevos miembros porque eso significará que el pago se retrasará o a saber...a todos esos yo les digo: no os merecéis esa plaza que habéis obtenido. No os la meceréis porque estáis demostrando que vosotros no sois docentes, sois unos individuos que habéis aprovechado el momento para conseguir un trabajo y que ahora se niegan a mirar a su alrededor por miedo a lo que pueden descubrir. 
Sinceramente, siento lástima por vosotros, pero más lástima me dan vuestros alumnos, a los que estaréis inculcando esos mismos pensamientos y comportamientos egoístas cuando deberíais estar formándoles de manera ética.



Y ya van a ser tres semanas

Hoy voy a alejarme un poco de la línea que he seguido durante estas últimas semanas...voy a abandonar un ratito mis relatos y voy a ponerme en plan confeso con vosotros, amigos míos. ¿Por qué?, gritaréis algunos con resignación, pues porque mañana hace tres semanas que me fui de España para trabajar como aupair en Inglaterra.
La experiencia me está pareciendo enriquecedora. No sólo estoy conociendo una nueva cultura desde dentro, sino que estoy conociendo personas maravillosas sin que la barrera del idioma sea una tara para entablar una relación. Además, estoy creciendo como persona al tener bajo mi cuidado a dos niños que, aunque no son míos, los trato como si lo fueran...desde luego, me estoy convirtiendo en una auténtica madraza xD
Esta entrada será breve, porque tampoco es cuestión de aburriros con mis locuras, pero quiero que sepáis que la decisión de venir como aupair fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. Me ha permitido distanciarme en cierto modo de una vida que me estaba ahogando y darme cuenta de que hay cosas que no quiero perder nunca.  Así que voy a aconsejar a todos los lectores de este blog que, si alguna vez tienen la oportunidad, no lo duden nunca y se embarquen en una aventura semejante a la mía...ya sea como aupair o con una beca erasmus o para trabajar por su cuenta. Hacedlo y no os arrepentiréis nunca, porque estaréis ganando madurez, estaréis aprendiendo a convivir con otras culturas diferentes, conseguiréis adaptar nuevas costumbres a las ya conocidas, probaréis nuevas comidas.... Hay que hacerlo, alejarse de esa vida que en ocasiones amenaza con ahogarnos en el lodo, para tomar perspectiva y poder regresar a esa vida totalmente purificada, con las ideas más claras y una filosofía de vida más estable.
Un saludo a todos desde estas lejanas tierras y espero que el post no os haya aburrido demasiado :P

lunes, 17 de octubre de 2011

La mudanza

Bueno, amigos míos, parece que el descanso ha propiciado el regreso de mis musas, aunque parecen un poco reacias a retomar los proyectos ya empezados y bastante más inclinadas a la experimentación...son como niñas, oye. Así que, siguiendo sus deseos y antojos, aquí os dejo este pequeño relato que espero os guste, pero antes de nada quiero dedicarles este relato tan especial a unas personas muy especiales que se han colado en mi vida gracias a internet y que se han convertido en auténticas amigas y maestras.
Gracias, mis princesas: Bea, Jules, María, Raquel (que, por cierto, tienen unos blogs maravillosos que encontraréis en el apartado de "Un paseo por la blogosfera"). Sois una verdadera fuente de inspiración y os deseo lo mejor, amigas mías.


 
© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

Las cajas se apilan contra la pared de color crema, tambaleantes y pesadas amenazan con desplomarse y sepultarla bajo aquel peso muerto que constituye una vida entera. Mira de nuevo aquellos tristes trozos de cartón y no puede evitar sentirse derrotada por lo que aquello significa: cambios. Siempre ha odiado los cambios porque tienden a significar que la vida se convierte en una cuerda floja tendida sobre un oscuro abismo cuyo final no puedes apreciar claramente y tú te ves obligado a caminar a ciegas, esperando que aquella cuerda fina y desgastada aguante tu peso y no te haga precipitarte hacia lo desconocido.
Mudarse es algo íntimo, personal y doloroso que te deja todas las terminaciones nerviosas afectadas e inservibles durante un tiempo que siempre resultará demasiado largo. Ella tiene que enfrentarse con una mudanza exprés que no le permite tomarse el tiempo necesario para despedirse de cada rincón de la casa en la que ha pasado la mayor parte de su vida...tantos recuerdos que van a quedarse atrás, olvidados entre las sombras de unas persianas bajadas y los montones de polvo que pronto volverán a acumularse como si quisieran demostrar que aquel lugar ha pasado a pertenecerles. Conquistadores oportunistas de desgracias, eso es lo que son. Sonríe con nostalgia al descubrir una carta olvidada del que fue su primer amor y que ella creía perdida...son cosas que sólo se encuentran en una mudanza, como si el cosmos intentase hacer más sencillo ese trámite vital a través de recordatorios de una vida feliz y plena que va a seguir avanzando aunque cambies tu lugar de residencia. El cosmos y su extraño sentido del humor.
Ya queda poco de lo que era su habitación. La cama y el escritorio son los únicos supervivientes de ese exilio masivo que ha llegado tan repentinamente como el frío que comienza a colarse por la ventana abierta. Escucha el trinar de los pájaros y el silencio del atardecer en esa pequeña urbanización, y sabe que echará de menos la quietud y la paz que parecen envolver la zona durante el otoño y el invierno...un total abandono de la fugacidad de la vida cotidiana, un remanso de paz en la locura del vivir, un oasis de tranquilidad sólo roto por la visita de los adolescentes vecinos y sus risas hasta la caída de la noche...Incluso echará de menos a esos jóvenes deslenguados y escandalosos que se reúnen cada fin de semana en la esquina de enfrente, sin importarles si sus voces o su música molestan a los vecinos.
Da la vuelta y suspira antes de cerrar la puerta de la habitación que ya no será más suya. Una habitación que la ha visto crecer, ha sido testigo de sus lágrimas y de sus enfados, ha vivido rupturas y reencuentros...cómplice y testigo de una vida cargada de momentos amargos y dulces. Cierra la puerta y, al desaparecer la visión de las cajas apiladas, siente que su pecho se inflama en libertad y una nueva esperanza comienza a tomar forma con lentitud y desconfianza, temerosa de ser expulsada si se forma con demasiada rapidez. Sonríe y sabe que ese no es el fin de una vida, sino el inicio de una nueva vida.

domingo, 16 de octubre de 2011

El bar o la muerte de un corazón

     

















© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)


Me apetece decirte que ayer te volví a ver y mi corazón parece que quisiera salirse del pecho para acudir a tu encuentro, incluso mis piernas se movieron solas y mi boca esbozó una sonrisa idiota que pretendía ser un reflejo de la felicidad que sentía al ver de nuevo tu rostro.
Me apetece contarte que estuve observándote durante un tiempo desde aquel rincón oscuro del bar, con una cerveza en la mano y la intención de reunir la suficiente valentía como para acercarme y decirte algo ingenioso, hermoso o, simplemente, algo, aunque fuese tonto y careciese de sentido. Sin embargo, mi cuerpo parecía haberse quedado paralizado y no estaba por la labor de hacerme caso...las piernas me temblaron y el pulso se aceleró, incluso noté unas pequeñas palpitaciones y esa angustiosa sensación de estar enterrada viva que precede a un momento de nervios.
Me apetece que sepas que bebí la cerveza con rapidez, observando tus gestos y aquella sonrisa despreocupada mientras conversabas con tus amigos. Me sentí imbécil al encontrarme intentando leer en tus labios unas palabras dirigidas a mí, quizás el deseo de volverme a encontrar semejante al que me atenazaba en ese momento...Esperé, sentada en el sucio taburete que servía para evitar mi caída al suelo, que girases la cabeza y me vieses, pero no pasó. Hubo una ocasión en la que me pareció que me veías y sonreías...pero no era a mí. Esa chica que ahora ocupa mi puesto, un puesto que yo abandoné porque no supe apreciar, había aparecido de la nada y yo ni siquiera la había visto llegar.
Me apetece contarte que me arrepiento cada día de haberte dejado escapar, que pienso que fui una tonta al perseguir un sueño y dejarte a un lado. Quiero que sepas que no hay una sola noche en la que no sueñe que continúo a tu lado, me despierto y veo tu rostro tranquilo sonriendo entre las brumas de los sueños mientras tu brazo descansa protector sobre mi estómago... Quería decirte que echo de menos tus risas, tus bromas y tus enfados; esos ojos chispeantes que parecían desnudarme mientras hablaba y esa sonrisa pícara que me anunciaba un ataque en toda regla.
Me apetece que sepas que me fui del bar dejando tras de mí mi alma, y mi corazón creo que se quedó en ese mismo rincón oscuro desde el que te observaba, quizás ahogando sus penas en alcohol mientras se desangra lentamente sobre la sucia barra del bar, entre colillas, pipas y charcos de whisky barato.



sábado, 15 de octubre de 2011



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Buenos días, lectores y amigos.
La entrada de hoy no tiene mucho de especial, la verdad. Sólo quiero informaros de que, debido a cambios bruscos y no deseados en mi vida, estoy un poco ausente de la blogosfera.
Me toca mudarme y las mudanzas son cosas jodidas, la verdad...¿sabéis cuánta mierda inservible y sentimentalista acumulamos a lo largo de los años? Yo no tenía ni idea, pero ahora lo empiezo a tener un poco más claro: mucha. He encontrado juguetes de mi infancia, las notas del cole (por cierto, una profesora de la que guardo muy mal recuerdo me puso una notita diciendo que tenía problemas con la lengua española, que era incapaz de redactar y que aparentaba necesitar un especialista...estoy por visitarla y recomendarla encarecidamente este blog o alguno de mis artículos en periódicos...maldita), cuadernos llenos de ejercicios de ortografía o sumas, un monopatín, etc etc. Ayer me tire dos horas en el sótano (el cajón desastre de mi casa) intentando decidir qué se queda y qué se va con nosotros...creo que lo hice mal porque se vienen más cosas de las que se quedan
Uno de los descubrimientos que más ilusión me hizo fueron los antiguos periódicos del instituto, en los que yo llevaba la sección de literatura... ¡qué recuerdos! He encontrado mi artículo sobre Bécquer y sobre Tolkien, los he releído y me he dicho: "leches, escribía bien para tener 16 añitos", y se me ha subido la moral, por lo menos algo bueno tenía que tener la dichosa mudanza, ¿no?
Otra cosa extraña que me ha sucedido esta semana, aunque ya no tiene nada que ver con la mudanza, sino con el blog, es que un anónimo ha dejado en la entrada titulada "Desvaríos" un link a un blog llamado Enone. No sé si lo sabréis, imagino que sí, pero Enone es mi nombre de guerra desde los 19 añitos y esta coincidencia me ha dejado muerta. Más si pensamos que no tengo ni idea de quién es o cómo ha llegado a este blog. El blog de Enone me ha gustado, es curioso, aunque dejé un comentario y el autor/a misterioso contestó con un relato titulado Los Otros que me dejó nuevamente patidifusa... Ya veremos si consigo averiguar quién es el autor y cómo ha llegado hasta aquí (¿casualidad o no?)

Bueno, pues poco más os tengo que decir salvo que me perdonéis si no os dejo un artículo maravilloso o un cuento o un desvarío de los míos...esperad...vale, creo que este post entra dentro de desvaríos, ¿no? Vale...el caso es que voy a estar una temporada ausente, pero volveré a dar vida a este blog tan pronto como tenga tiempo.

domingo, 9 de octubre de 2011

Desvarío

Está oscuro. Realmente oscuro. No puedo ver nada a mí alrededor, solo unas sombras errantes que no consigo discernir con claridad y que me asustan más que tranquilizarme. No es la ausencia de luz lo que me preocupa. No. Hace años que vivo en una oscuridad continua y hemos llegado a un pacto extraño que me hace más fácil moverme entre las sombras; lo que realmente me preocupa es la densidad de esa oscuridad que parece amenazar con tragarme y no dejarme volver a salir.

Es una oscuridad extraña. Se me pega a la piel y me hace sentir una presión desconocida en el pecho…una sensación que no me gusta nada. Y, sin embargo, aquí sigo. De pie en la oscuridad, forzando la vista para encontrar algún indicio que me lleve de vuelta a la superficie…allí donde la oscuridad se hace menos sofocante, menos espesa…más soportable, incluso segura. Porque para mí la oscuridad siempre ha sido eso: seguridad. Una capa protectora que me cubre de esos malditos rayos de luz que se cuelan en el alma, te hacen sentir mil cosas maravillosas y luego, como si fueran bombas temporales, estallan dentro dejando tu alma y tu corazón derruidos, una zona cero de la que poco se salva y lo que se salva siempre estará manchado de negro. Odio esa sensación…la sentí en varias ocasiones antes de decidir que la oscuridad era el mejor lugar, donde esos rayos de luz no podían penetrar más que débilmente, nada amenazadores ni peligrosos. Podía mirarlos, ver su tenue resplandor y disfrutar del ligero calor que desprendían… un calor que no iba a aumentar hasta quemarme viva entre gritos silenciosos de dolor y socorro que nadie podría oír o nadie querría oír. Ahora echo de menos ese resplandor en la oscuridad. Un resplandor que me recordaba que aún seguía con vida, que aún había cosas por las que luchar…

No sé cómo me hundí tanto. Creí que lo controlaba, a lo mejor me equivocaba y yo nunca he controlado nada. Quizás pensé que mantenerme en la oscuridad había sido elección mía y no era así…quizás fue la elección de otros. ¡Quién sabe! También esa sensación de alivio y seguridad puede haber sido un espejismo…la verdad es que ya no recuerdo cómo era vivir en la superficie, allí donde los rayos de luz lamían mi cuerpo y calentaban mi corazón, allí donde todo era tan luminoso que dolía mirarlo… Me sumí en una oscuridad desconocida y dí gracias por tenerla.  Este debe ser, pues, mi castigo. ¿No querías oscuridad? ¡Toma oscuridad! Pero ahora ya no me siento a salvo…necesito volver arriba, salir de este pozo negro y sin fin, volver a ver los rayos de luz… Necesito volver al principio y sé que es imposible. Tan imposible como desear que ese precioso jarrón de porcelana que has tirado y roto en mil pedazos vuelva a recomponerse y a ser el mismo que era antes de su caída. Yo soy ese jarrón roto en mil pedazos, supongo, y va a ser complicado que vuelva a reunir todas las piezas que han ido quedando dispersas por ahí… sin embargo, lo intento. Recojo las piezas, por pequeñas que sean, y las coloco delante de mí, esperando ver un patrón que me permita reconstruir el jarrón. Me faltan algunas que sé no encontraré porque alguien las ha robado y tirado a la basura; otras las regalé desinteresadamente pensando que no me servirían de nada, otras se han perdido… Y así sigo buscando un patrón y ese patrón se esconde, yo no puedo verlo en esta maldita oscuridad que se me hace agobiante y me impide pensar con nitidez. Creo que, incluso, noto una humedad creciente…¿podrá ser que la oscuridad también llore?

Es impensable. Imposible. Un punto muerto. Ya me he cansado de intentar reconstruirme. El jarrón no volverá a ser un jarrón porque faltan demasiadas piezas pero, a lo mejor, si me pongo a ello puedo convertir ese jarrón en un bonito cuenco o en una jarra…Algo diferente creado de lo antiguo. Es una idea genial. Noto la esperanza crecer en mi pecho ante la idea de poder dar forma a un nuevo yo, un yo más acorde con mis nuevas sensaciones…quizás ese nuevo yo sí que sea capaz de emerger a la superficie. Abandonar esa oscuridad en la que mi antiguo “yo” se ha hundido arrastrado por mil piedras que le impiden volver. 

Sí, mi nuevo yo saldrá adelante; abandonará el foso en el que me he metido y emergirá a la luz radiante de los rayos. Dejará que el calor de esos rayos acaricie su piel con intensidad, disfrutará con el fuego y aprenderá de los incendios y devastaciones que causará… será capaz de apreciar que la oscuridad no es seguridad, sino la cobardía de quien no quiere enfrentarse al mundo de luz que tenemos delante. Mi nuevo yo será más fuerte, más sensato, más prudente…mi nuevo yo será una mezcla perfecta de oscuridad y luz.

lunes, 3 de octubre de 2011

La realidad que muchos no ven o prefieren no ver.

Estoy cansada, realmente cansada de escuchar acusaciones vacuas e irrazonables acerca de la protesta del profesorado (entre otras cosas, claro). Ya no porque ponen en duda la capacidad docente del profesorado español, sino porque niegan la buena voluntad y la vocación docente del 90% del profesorado en España y, lo que es más grave, ponen de manifiesto la ignorancia encubierta que la política española ha instaurado en este país a base de leyes absurdas, recortes innecesarios y bombas de humo lanzadas al azar.

Desde que tengo uso de razón he protestado y he exigido una educación de calidad; ultimamente me he subido al carro de la protesta del profesorado por los recortes que van a llevarse a cabo en el sector educativo y que, por mucho que lo intenten camuflar, van a acercarnos un poquito más a esos países del tercer mundo a los que negamos pertenecer. Y desde que me he sumado a la protesta he tenido que escuchar todo tipo de sandeces y sin sentidos que me han dejado patidifusa y bastante airada por la ignorancia y la tontería que existe en nuestro país. Entre otras cosas, lo más normal es que me acusen de ser una "roja" que sólo se queja porque es la señora Esperanza la que ha hablado de recortes, una acusación infundada que termina con la típica coletilla de: "pues esta ley de educación es socialista, que lo sepas." Pues nada, como diría mi madre, esto es como quien tiene tos y se rasca los huevos.

Por suerte o por desgracia (me inclino más bien por la segunda opción), pertenezco a la minoría de la sociedad española que sabe pensar por sí misma, sacando conclusiones de lo que ve y oye, escuchando con atención lo que se esconde detrás de las palabras...es decir, soy de las pocas afortunadas o desgraciadas que pone en uso el raciocinio ese que supuestamente nos separa de los animales. Así que entiendo que, en el panorama político actual (no sólo en España, ojo), no existe la más mínima diferencia entre unos partidos y otros, así que me da igual quien ha dicho esto o quien ha hecho lo otro, lo que realmente me importa es la consecuencia resultante de lo dicho y lo hecho… algo que parece haber perdido toda la importancia que debiera tener. De este modo, si un partido (ya sea azul, rojo, amarillo o color arcoíris) dice que piensa que pintar los edificios de Madrid de color azul cielo con preciosas nubecitas … Pues qué queréis que os diga, no pienso en quién lo ha propuesto, sino en la cantidad de aviones que se van a estrellar por culpa de tan dicharachera propuesta.

Lo mismo me pasa con la educación (el avión) y los famosos recortes (la nueva pintura) que pretenden lavar la cara a un sistema educativo defectuoso en sí mismo y, al mismo tiempo, levantar una nube de humo que sirva para desviar la atención del verdadero conflicto. No, no estoy loca o paranoica, ni siquiera soy una fan de las conspiraciones; simplemente digo lo que veo.
“Soy plenamente consciente de que, con las instrucciones para el nuevo Curso Académico, en las que se indica que todos los Profesores de Educación Secundaria tienen que completar su horario hasta las veinte horas semanales, en lugar de las dieciocho actuales.” Carta de Esperanza Aguirre a los profesores de la Comunidad de Madrid
"Sabemos que les estamos pidiendo un esfuerzo especial pero 20 horas son, en general, menos de las que trabajan el resto de los madrileños" Declaraciones de Esperanza Aguirre a la prensa.
      Desvío de atención --- Modo: On. ---- Objetivo: completado.

La población española deja caer los tenedores de la cena mientras su ojos se expanden y se contraen al ritmo del cambio de imagen del televisor de su comedor, levantan las manos horrorizados, claman al cielo y a ese Dios del que se acuerdan sólo en contadas ocasiones, y exclaman con la indignación tiñendo su voz:

“ ¿Y de qué se quejan? ¡Al menos tienen un trabajo!”
“ ¡Qué gentuza, por Dios!”
“ ¡¿ 18 horas?! ¿Y se quejan? ¡Ya les ponía yo a currar cuarenta horas al sol, y entonces si tienen huevos que se quejen! “


Fantástico. Bravo, señores, así se hace. Así es como se demuestra lo corta de miras que es la población española, tan acostumbrada a que piensen, razonen y concluyan por ellos que no son capaces de entender que les están dando gato por liebre.

No soy profesora todavía, no tengo hijos y, por lo tanto, para algunos sectores de esta sociedad brillante no tengo derecho de opinar…qué desgracia que exista la libertad de expresión, hay que ver. En fin, he tenido la oportunidad de hacer prácticas en un instituto, mantengo el contacto con el instituto dónde yo estudié y suelo ir a dar charlas a los chicos totalmente gratis para adquirir cierta soltura…y he visto muchas cosas que los señores políticos se callan. He visto profesores gastarse dinero en fotocopias en el chino de la esquina porque el presupuesto se ha quedado corto y no pueden hacer según que gastos; he visto profesores comprar rotuladores especiales para esas pizarras tan chulas (e inútiles, vamos a decir la verdad) que iban a ser la apuesta de I+D en educación y que han resultado un gasto inútil más…He visto profesores quedarse fuera de horas a cuidar a chicos, ayudarles a repasar para sus exámenes, incluso prepararles para los exámenes de acceso a módulos… y todo ello gratis, sin quejas. 

Así que cuando intentan venderme la moto sin frenos, lo siento, pero no, no la quiero y pienso denunciarlo. Decir que los profesores protestan por trabajar dos horas más es ser un caradura y un desgraciado, pero creérselo…en fin, para creérselo hay que ser muy imbécil o muy ignorante.

Los profesores se quejan porque los recortes que van a darse en educación (esos que han sido eclipsados por las 18 horas) nos afectan a todos y van a desembocar en una sociedad mal formada, con deficiencias educativas graves. Una educación elitista y minoritaria que dejará fuera a aquellos desgraciados que no tengan posibilidad de pagar una escuela privada, que abandonará a los alumnos con necesidades especiales y que colgará del palo mayor la “educación igualitaria” que nos han estado vendiendo en los últimos años.

Que la LOE es una ley socialista. Lo sé, y es una ley que se hizo deprisa y corriendo, tiene muchos fallos y pocos aciertos…¿qué le voy a hacer? Pero hacer recortes no es la solución, digo yo, y tengo todo el derecho del mundo a quejarme de esos recortes que pueden significar la decadencia de la población. Porque todos sabemos que la educación es el arma de la sociedad…cuanto más educada, más protestará, y, claro, eso a los políticos no les conviene. Mejor tener un rebaño de borregos que se dirijan a donde se les diga sin protestar, que a un montón de lobos hambrientos de información y explicaciones.

En fin, terminaré este artículo protesta contestando la siguiente afirmación de la señora Aguirre:

"para superar esta situación es indispensable que las administraciones públicas ahorren y reduzcan su nivel de gasto y de endeudamiento".
¿No se ha planteado que, a lo mejor, sería más factible bajar los sueldos de los políticos, eliminar ayuntamientos y demás cargos innecesarios de los que presumen; buscar medios de transporte más económicos para sus viajes “oficiales”; etc.? Incluso, ya que nos ponemos a hablar de horas de trabajo…¿qué pasaría si subiésemos las suyas? Los políticos sí que trabajan poco y mal, sinceramente, así que a ver si nos aplicamos el cuento, amigos míos.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Decisiones

Este relato, inspirado por dos canciones muy diferentes entre sí, quiero dedicárselo a esos compañeros que hacen de la literatura realista un auténtico arte y que me inspiran a hacer incursiones alocadas en el género para saber qué se siente.
Muchas gracias por inspirarme y ayudarme a mejorar.


© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

Ella mira el reloj con impaciencia mientras dirige miradas torvas hacia el dormitorio, donde la luz sigue encendida y no parece irse a apagar en breve. Suspira y coge el móvil entre sus manos, mirando la hora con ansia y tristeza. Le quedan diez minutos para decidirse.
-          Cariño. – llama ella con voz dulce, sin apartar la mirada del móvil.
-          ¿Sí? – responde una voz masculina desde el dormitorio.
Sabe que todo depende de ese momento y no puede echarlo a perder, así que, respira hondo, se levanta del mullido sofá donde hace una hora que descansa mientras finge leer un libro de cuyo título ni siquiera está segura, y se dirige con pasos inseguros hacia la habitación iluminada.
Mientras camina por el pasillo, ve las fotos, recuerdos de una vida, mil decepciones y alegrías colgadas en las paredes color café de aquel piso escuchimizado de Madrid donde él se empeñó en vivir. Y son esas mismas fotos las que le recuerdan todo lo que ha perdido, lo que ha dejado atrás por una vida que ni siquiera es la suya, así que sonríe y, dejando atrás el miedo y la culpabilidad, asoma la cabeza por la puerta que da al dormitorio. Dirige una mirada inocente al hombre que está en la cama, leyendo un libro que ella le recomendó, y sonríe con tristeza.
-         --  Cariño, ¿te importa si me acerco a casa de Julia? – pregunta ella con el tono más inocente que conoce.
-          ¿A estas horas? – él levanta la vista del libro y la mira, intentando decidir si lo dice en broma o en serio.
-         --  Ya sé que es tarde, es que me ha llamado hecha un mar de lágrima y…- se detiene, sonríe y sacude la mano como restándole importancia. – Mira, déjalo, tienes razón y es demasiado tarde…
-       --   Anda, vete – accede él con una sonrisa en el rostro. – Dios no quiera que yo sea el culpable de que Julia entre en crisis.
-      --    ¡Qué tonto eres! – exclama ella entre risas, mientras se dirige al armario y se pone unos pantalones y una blusa verde claro. – Seguramente haya vuelto a discutir con ese zopenco que tiene como novio… ¿en serio no conoces a nadie que podamos presentarle?
-      --   Nadie en su sano juicio aguantaría a alguien como Julia, cariño – asegura él, volviendo a perderse en la lectura. – No vuelvas tarde, ¿ok?
-      --    Tranquilo, ni siquiera notarás que me he ido – susurra ella, saliendo de la habitación con los tacones en la mano para evitar molestar a los vecinos.

Demasiado fácil, ese es el primer pensamiento que la atraviesa mientras baja las escaleras, aún descalza y con el abrigo en la mano. Hace años que la relación se enfrió, aunque siguen fingiendo que todo está igual. Ella sabe que él ya no la quiere o, por lo menos, no tanto como antes; y ella…bueno, ella le quería, pero se cansó de esperar. Se quita la goma que aprisiona sus rizos en una cómoda coleta y sacude la cabeza con fuerza, amoldando el cabello con una mano mientras con la otra rebusca en el bolso un pintalabios.
El móvil empieza a vibrar mientras ella escapa por la puerta principal. Tras unos minutos de búsqueda, lo encuentra en el fondo del bolso y sonríe al ver el número brillando en la pantalla.
-          Ya he salido, dame diez minutos y estoy allí. – dice ella sin saludar siquiera a la persona que llama – Te dije que iría, ¿no? No, no….sólo es una cena, Raúl, nada más – ríe con ganas ante un comentario de la otra persona. – Venga, anda, que ahora te veo.
Y cuelga. En la pantalla del móvil la foto de ella y Jorge en su aniversario, con el mar de Valencia de fondo, se ilumina, quizás para recordarla lo que está dejando en casa, pero ella sólo quiere sentirse querida y Raúl le da lo que Jorge ha olvidado con sus horas de trabajo, sus viajes y su cansancio… La mitad del día se siente sola en ese horroroso piso que se empeñó en comprar, la otra mitad…bueno, la otra mitad del día, prefiere no sentir demasiado por miedo a hundirse en la espiral de autocompasión.

Sólo es una cena, se repite mientras camina hacia el metro y toma el tren en dirección al centro, una cena con un amigo. Sin embargo, una irritante vocecilla en su cabeza le recuerda con insistencia que si sólo fuera una cena, se lo habría dicho a Jorge y no habría salido a escondidas de su casa. Y, por una vez, la vocecilla tiene razón y ella se para en seco en la estación de Sol, intentando buscar algo que refute la teoría de la vocecilla, pero no hay nada y eso la hace sentirse extrañamente cansada y libre. No hay nada que refute a la vocecilla porque aquello es una cita, no una simple cena, y ella sabe que esas citas suelen terminan con un par de cervezas y una escena salida de tono en algún local de moda mientras su pareja, ese hombre que ha estado con ella desde la universidad, duerme ignorante en una cama que pronto ella manchará con la mentira. Sonríe con tristeza, coge el móvil y, con dedos rápidos de quien acostumbra a hacerlo, escribe un mensaje; mira el contacto, vuelve a sonreír y le da a enviar antes de perderse en la noche, en el metro y en una vida que, aunque insulsa, es la suya.

Canciones que me han inspirado...


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Un año para recordar

Buenos días, amigos.
A dos días de cumplir añitos (25 para ser exacta...madre cómo pasa el tiempo!!!) me he puesto a hacer memoria de lo que ha sido de mi vida en este año. Habrá a quien un año le parecerá un período de tiempo demasiado breve, pero yo en un año he cambiado tanto que ya no me reconozco, la verdad; aunque también he de decir que he cambiado porque ha habido un empujón de por medio, pero bueno.
A pesar de que este blog existe desde el 2009, no fue hasta Septiembre del 2010 cuando comencé a tomarlo como una terapia y empecé a escribir diariamente en él, a compartir mis preocupaciones y ansiedades con un pequeño número de lectores que ha ido aumentando poco a poco. ¿Por qué en Septiembre? El treinta de Septiembre de 2010, día de mi cumpleaños, tuve de hacer frente a una trama digna de un mal libro que la que era mi mejor amiga me regaló en ese día tan especial. Esta historia me dejó tocada y medio hundida, y como soy incapaz de expresarme si no es a través de la escritura, empecé con este blog para que me ayudase a avanzar. ¡Y vaya si lo ha hecho!
Gracias a este blog he conocido a gente maravillosa, he podido poner a prueba mis capacidades literarias, he probado nuevos estilos, he compartido sentimientos y, lo más importante, me he decidido a llevar a cabo mi sueño.  Así que, ahora, al mirar atrás, tengo que agradecer a esas dos personas que intentaron hundirme con mentiras e insultos que lo hicieran, porque gracias a ellas he salido a flote, me he convertido en una persona más fuerte y mejor, y estoy aquí ahora mismo. Mil gracias, "amigas".
Bueno, pero eso no es todo... En Mayo de este año, después de contactar con la maravillosa María de El blog de Anxana, empecé mi periplo editorial o, como lo llaman por ahí, mi odisea. He perdido la cuenta del número de propuestas que he enviado hasta el momento... agencias, editoriales...la verdad es que he tocado todos los palos de la baraja. A día de hoy, he recibido contestación de tres editoriales serias (una rechazando, dos pidiendo el manuscrito completo) y de dos agencias (una rechazando y otra pidiendo el manuscrito). También he recibido muchos cantos de sirena, como he decidido llamarlos, que me ofrecían publicar mi obra a cambio de una pequeña aportación económica...Coedición, vamos. He tenido contacto con editoriales de reputación dudosa que ponían mi sueño en bandeja...Y he luchado contra todas ellas, he sobrevivido a las sirenas gracias a los consejos prudentes de mis compañeros de viaje que me recordaron que un autor jamás de los jamases debería pagar por publicar a no ser que sea la última opción.
Y mientras espero la respuesta de los que quedan, sigo escribiendo. Me turno...a ratos continuo con la segunda parte de la novela, a ratos escribo cuentos, a rato artículos. Todo sea por no perder la movilidad en los dedos :O Además, me he presentado a varios concursos de relatos. El concurso de relatos breves de la Fundación Imprimátur me dio una gran alegría porque conseguí colarme entre los relatos escogidos para ser publicados con mi Cambiar la historia que era un relato homenaje a ese terrible día de Septiembre que me cambió para siempre, un sello para poner el final a una historia que había quedado abierta; así que me siento orgullosa y feliz de saber que no va a quedarse en el olvido. Ya os informaré de dónde se venderá el librito y cuánto costará por si alguien estuviese interesado :P
Del resto de concursos aún no sé nada, aunque creo que todos se decidían entre Septiembre y Octubre...los elegí justamente por eso, para poder estar presente cuando se hiciera público el fallo y poder ir a la entrega de premios.
Y he aquí cuando llega el mayor cambio de mi vida. Este año, después de postponerlo durante tanto tiempo por miedo a abandonar a mis seres queridos, he decidido marcharme a Inglaterra unos meses y experimentar un cambio de aires. Nunca me ha dado miedo viajar sola, de hecho me gusta...pero tenía muchas cosas aquí como para dejarlas y temía hacer daño a las personas que me rodeaban. Sin embargo, en este año me he dado cuenta de que pensar en los demás antes que en mí misma es algo autodestructivo y, en ocasiones, es bueno ser un poco egoísta y hacer las cosas pensando únicamente en ti. Así que di el paso y aquí estoy, a menos de un mes para marcharme y enfrentarme a una nueva vida en la que tendré que poner en práctica mis dotes como "mami" , que para algo voy a ocuparme de dos pequeñajos :P
Hasta aquí esta recapitulación de lo que va de año. Un año que ha estado plagado de momentos negros, pozos que parecían no tener salida, pero también de estrellas reluciendo al final de esos pozos y animándome a seguir adelante con su mera presencia.
 Gracias, mis estrellas, y gracias, lectores, por hacer de este blog un rincón tan acogedor y familiar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Desaparición de sonidos...el declive del lenguaje.

 Hoy escribo desde la indignación de una lectora, amante de la lengua y, en último lugar, filóloga clásica para denunciar la infame desaparición de sonidos o fonemas procedentes del latín y que, por falta de educación lingüística, la gente ha olvidado provocando que sean eliminados del vocabulario para facilitar a esas personas el aprendizaje de una lengua que amenaza con ser cada vez más sencilla, cada vez más adaptada al habla de ciertos estratos sociales, cada vez menos exigente.
Me da igual la RAE y sus normas en pro del desarrollo y la modernización del lenguaje. Hay cosas que se pueden admitir y cosas que no. Un cambio que no pienso admitir jamás de los jamases será la desaparición de la grafía “ps” simplemente porque a la gente se le haga complicado pronunciarla… No es “sicólogo” es “psicólogo” y, desde luego, no es “pesi” es “Pepsi” ya seas de Fuenla, de Móstoles o de la Luna …¡Por los dioses! Qué no es tan difícil y el sonido “ps” es bonito, resultón y llamativo.
Además, esa grafía es herencia del latín y fue uno de los pocos sonidos que sobrevivió al paso del latín vulgar al romance, del romance al castellano antiguo, del castellano antiguo al moderno…¿por qué matarlo ahora? Comprendo que los hablantes nos basamos en una norma lingüística denominada “economía del lenguaje” que quiere decir que tendemos a eliminar aquello que sobra para hacer más ágil un discurso (de ahí el encadenamiento de vocales, la aparición de abreviaturas, el uso de siglas, etc.etc.) pero el sonido de esta grafía no supone un gasto extra de energía al hablar puesto que se hace el mismo esfuerzo en pronunciar un “ps” que una “s” líquida. Entonces, ¿por qué tanta saña con eliminarlo?
Pues bien, según mi experiencia, los maestros han perdido el rigor a la hora de enseñar la pronunciación de los sonidos del español. No sé por qué, no pienso juzgarles y no me quiero meter en líos, pero está claro que algo raro pasa. Mis maestros me enseñaron a pronunciar todos los sonidos del castellano correctamente, yo distingo entre el sonido de la “b” y de la “v”, de la “d” y de la “r”, de la “ll” y de la “y”…y por supuesto, distingo el sonido de “ps” y de “s”.  Estas distinciones se han ido afianzando gracias al estudio del latín y del griego, donde los sonidos son sumamente necesarios y diferentes, pero la base ya la tenía gracias a esos profesores tan maravillosos que con el libro de Micho (editorial Bruño) en mano y una gran paciencia me enseñaron a pronunciar correctamente y a entender las diferencias.
                                 
No tengo hijos, así que no puedo decir qué ha cambiado o qué se mantiene. Pero he trabajado vendiendo libros de texto y he tenido la suerte de ojear las nuevas tipologías…Demasiados libros para unos niños tan pequeños y su contenido es, en cierta medida, mayor que lo que yo daba pero de menor calidad. Así que empiezo a entender un poquito dónde está el problema. Y no, no creo que la culpa de esto sea completamente de los profesores, sino que considero que es el propio sistema educativo el que ha caído en la trampa de querer formar alumnos con muchos conocimientos, pero no ha tenido en cuenta las necesidades del alumnado.
El caso es que muchos jóvenes alcanzan la adolescencia sin saber distinguir la mayoría de nuestros sonidos y eso les pone en serias dificultades a la hora de tomar apuntes o hacer dictados. Sin embargo, aunque ese punto me preocupa especialmente, lo que más me preocupa es que estamos prohibiéndoles el acceso a un castellano muy rico en sonidos, hermoso cuando se pronuncia como debiera y con grandes matices léxicos (recordemos que muchas palabras del castellano se escriben igual y sólo pueden distinguirse por el sonido o el contexto, como la famosa “baca” o “vaca”).
Estos alumnos formados precariamente en la pronunciación de su propia lengua siguen avanzando académicamente, llegan a la universidad, se licencian (o gradúan, de ahora en adelante) y se convierten también en profesores que enseñarán a sus alumnos a leer, a escribir, a sumar…los alumnos se fijarán en ellos como modelo, pero como estos nuevos profesores (antiguos alumnos) no han adquirido la capacidad de diferenciar los sonidos del castellano, sus actuales alumnos tampoco lo harán. Otros se convertirán en periodistas, locutores, actores, físicos, químicos, escritores...y seguirán arrastrando esa incapacidad de diferenciar sonidos, incapacidad que termina agravándose con faltas ortográficas que se deben a esa confusión, faltas ortográficas que saldrán a la luz, que muchos copiarán y propagarán y…vuelta a empezar, como la pescadilla que se muerde la cola.
En fin, este post lo he escrito, en principio, como una protesta por estos cambios que, desde luego, yo no voy a poder detener (pero pienso oponerme a ellos con todas mis fuerzas); pero ahora me gustaría hacer una reflexión sobre este sistema educativo que parece tambalearse desde los cimientos. A veces, lo importante no es cuánto aprenden los niños, sino cómo lo aprenden y, desde luego, es mejor aprenderse bien la tabla del dos que saberse a medias todas las tablas de multiplicar, ¿no creéis? 

viernes, 23 de septiembre de 2011

Enseñanza pública en peligro de extinción

Tras oír mil mentiras que suponen burdos intentos de tapar la masacre educativa que está teniendo lugar en España, he encontrado la siguiente carta de una alumna de un instituto público. Carta en la que se defiende la labor del profesorado y se ponen sobre la mesa ciertos datos que los políticos intentan esconder bajo la alfombra, para que nadie consiga entender a tiempo que, si siguen así, la educación pública en España se va a ir a pique. Se convertirá en una enseñanza de guetos y los que quieran aprender, tener un futuro, deberán acudir a la escuela concertada o privada, lo que nos privará de grandes profesionales o estudiantes gracias a un corte económico que, a mí, me parece especialmente vergonzoso.
No, de esto no tiene la culpa sólo un partido político...la verdad es que aquí todos han participado en el asesinato de la educación pública ya sea directa o indirectamente (aquí viene bien la famosa expresión: "entre todos la mataron y ella sola se murió"). Un hecho que no debemos olvidar nunca, porque si olvidamos estamos haciendo lo que ellos quieren.
Por otro lado, a los que se creen a pies juntillas las mentiras propagadas por los políticos de que los profesores sólo trabajan 18 horas...por favor, pensemos un poco. Un profesor no sólo tiene clases, también tiene excursiones, guardias, reuniones, consejos escolares, exámenes, clases, etc. etc. No son 18 horas de trabajo, son muchas más...incluso, a veces, más de las que deberían, pero un profesor de verdad, con vocación por la enseñanza, nunca se quejará. Seguirá al pie del cañón, intentando transmitir a los alumnos aquellos conocimientos que a él le apasionan, sea como sea y tarde el tiempo que sea.
Así que, por favor, seamos consecuentes y respetemos los derechos y la labor del profesorado que está siendo duramente atacado, y que defiende algo que nos incumbe a todos: la educación.
Estos días han circulado por internet multitud de cartas abiertas de profesores tratando de explicar que no son dos horas, que no son ellos los más perjudicados. Que somos nosotros. Me indigna ver cómo todo su esfuerzo no sirve para nada en cuanto algún político deja caer frente a los medios que son unos vagos y que sus protestas se deben a esas dos horas que no dejan de mencionar. Nos manipulan como quieren, sus medias verdades aparecen en las primeras planas de sus periódicos mientras los hechos, las cifras objetivas, quedan sepultadas bajo sus artimañas electorales.
Así que me gustaría compartir mi versión como alumna de secundaria de la escuela pública. No creo en partidos políticos ni me importa a quién le bajen el sueldo o le suban dos horas, me importa mi futuro y el de mi generación.
Hace una semana que comencé 1º de Bachillerato en un instituto de Getafe. No es una mala zona, no hay mucha pobreza y sé que debo considerarme afortunada. No puedo imaginar cómo está la situación en otros institutos de zonas más pobres aquí mismo, en Getafe. No sé si creerme las cosas que me cuentan sobre más de 40 alumnos hacinados en aulas sin material, con profesores más preocupados por salir vivos del aula que por conseguir un buen nivel.
En el mío somos 30, 37 y 33 alumnos de 1º de Bachillerato en las 3 clases. Pensábamos que habría 4 clases, porque hay cuatro opciones de Bachillerato, pero las letras puras (Griego y Latín) han sido desterradas. La profesora de Latín nos decía que estaban protegidas por ley, así que no entiendo cómo ella, junto con mis compañeros que querían estudiarlas, se han tenido que marchar del instituto.
Esta semana no hemos dado prácticamente clases útiles, mi instituto está sumido en el caos. Hemos cambiado de tutor un par de veces por los desajustes en los horarios. Al no haber clase de tutoría no hemos podido elegir delegado, el que se encarga de cerrar el aula con llave durante los recreos, por lo que debemos llevar siempre encima la mochila para evitar los robos. No hay profesores de guardia para vigilar a los alumnos que están solos cuando algún profesor falta, ni siquiera a los más pequeños, recién llegados a secundaria. Los horarios son provisionales, cualquier nuevo cambio ordenado desde la Administración trastoca las clases de todos y exige rehacer toda la organización.
Tengo tres profesores, de lengua, mates e inglés, que en realidad son "medios" profesores. Trabajarán media jornada en mi instituto y la otra media en otro, aunque el descontrol es tal que todavía no han mandado ninguno desde la Administración. Mientras tanto estamos parados durante estas tres horas, o a veces nos juntan en el aula grande a los tres bachilleratos (los 100 alumnos) con un solo profesor para que no perdamos el tiempo. Ni siquiera sabemos en qué grupo de matemáticas estaremos porque los profesores no pueden ponerse de acuerdo en qué sistema usar para dividir los grupos hasta que llegue el que falta. ¿Que tenemos peor nivel que la privada? ¿Acaso creen que en la privada se pierden tantas horas de clase por temas así, que tienen el mismo material, la misma treintena de alumnos por clase?
Los 'desdobles' de las únicas dos optativas que el instituto ha podido ofertar tienen, de nuevo, 30 alumnos por desdoble, incluida Ampliación de inglés oral. ¿Qué tal creen ustedes que funciona una clase de inglés oral con 30 alumnos? Tenemos oportunidad de hablar 1 minuto y medio cada alumno.
Me indignan las mentiras descaradas de Aguirre. Sí que ha habido recortes, lo notamos todos los alumnos, la precariedad y el descontrol generado por la falta de profesores. Todos están dando más de lo que pueden y aun así no es suficiente, no dan abasto con tanto por hacer en pleno inicio de curso escolar y tan pocos recursos.
Estoy orgullosa de mi instituto y de mis profesores, que me han enseñado a no rendirme y a luchar por mi futuro. Gracias a la escuela pública este año pude optar al Bachillerato de Excelencia en el San Mateo (quedé entre los 50 mejores del examen para el premio extraordinario de la ESO, aunque por supuesto no gané: nadie de la zona sur ganó), pero he decidido seguir en mi instituto público sin presupuesto, que es el que ha hecho que quedase entre esos 50 mejores.
Así que no me voy a callar mientras nos arrebatan la educación pública y nos condenan a una sociedad de clases sin posibilidad de ascender. Si los ricos son los únicos con acceso a educación, los pobres siempre seguirán siendo pobres, eso aprendemos en clase de historia. Tal vez unos cuantos políticos deberían dejarse de propaganda y trapicheos y volver a la escuela a estudiar el Antiguo Régimen, las revoluciones y el movimiento obrero, antes de repetir los mismos errores del pasado.
M. L. G.
Una alumna del IES José Hierro
 Fuente: Blog Eso de la ESO