miércoles, 21 de septiembre de 2011

El tópico del viaje en la literatura

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“El camino sigue y sigue  
desde la puerta.  
El camino ha ido muy lejos,  
y si es posible seguirlo  
recorriéndolo con pie decidido  
hasta llegar  a un camino más ancho  
donde se encuentran senderos y cursos."  

El Señor de los Anillos I La comunidad del anillo.   J.R.R. Tolkien 



La literatura está llena de viajes. Odiseo cruzó los mares, visitó lugares lejanos, luchó contra  cíclopes y otras criaturas míticas antes de poder regresar a su patria; Eneas atravesó el mar desde Troya, recorriéndolo para llegar a las costas de Italia donde debía asentar su nueva ciudad;  el joven Lucio, protagonista de El Asno de Oro, también tuvo que emprender un viaje para conseguir encontrar la forma de volver a ser humano… Y así podría seguir enumerando historias, desde Caperucita Roja pasando por Historia de Dos Ciudades y llegando a obras más recientes como Memorias de Idhún o Harry Potter. Ahora bien, ¿por qué el viaje es un tópico tan necesario y usado?

Para nosotros salir de viaje es una aventura, una oportunidad de ver cosas nuevas, de salir de la rutina, etc. Pero para los personajes de literatura el viaje es algo mucho más profundo, el viaje es un camino hacia la sabiduría o la verdad. No es casualidad, amigos míos, que la serie de Harry Potter termine justamente cuando el protagonista emprende el viaje que, además, le llevará a encontrar el medio para destruir a su gran enemigo, Voldemort. 
En estas obras, como en la vida, el viaje se convierte en una experiencia vital que hará que el lector aprenda al mismo tiempo que el personaje, porque nosotros, mientras leemos, también estamos recorriendo ese camino vital hacia el conocimiento y, queramos o no, algo se nos queda grabado a fuego como si hubiésemos sido nosotros los que hemos luchado contra orcos, dragones, lobos u hombres, y hubiésemos recorrido con nuestros propios pies todos los kilómetros que ha hecho el personaje… Curiosa forma de adaptar lo leído a nuestra vida.
El uso de este tópico no es algo actual, ya que podemos remontarnos al año dos mil antes de Cristo y observar cómo este tipo de tópico se repite a menudo en narraciones orales que han llegado hasta nosotros gracias al interés que despertaban. Por ejemplo,  en la antigua Mesopotamia se fraguó una historia que llegaría a recorrer el mundo: Gilgamesh (s. VII a.C), en la que Gilgamesh y Enkidu emprenden un viaje en el que aprenderán el valor de la amistad, el significado de la gloria o el sentido de la inmortalidad. Y todo ello a través de un viaje…¿no os parece increíble? Algo parecido vemos en la Odisea donde el héroes, Ulises u Odiseo, sale de Troya dispuesto a alcanzar su tierra, pero antes se ve arrastrado por los designios divinos (enfados, más bien) y se ve obligado a vagar durante nueve años enfrentándose a numerosos peligros y situaciones que parecen pretender alejarlo definitivamente de Troya y su familia.
Muchos mitos clásicos (sea cual sea la civilización) contienen también este tópico como algo importante para la historia, lo que tampoco resulta tan extraño si tenemos en cuenta que los mitos pretendían dar una serie de pautas morales y éticas. Seguro que si os ponéis a pensar, encontraréis historias populares que también incluyen este tópico como parte esencial de la historia…
Más reciente, aunque sin olvidar otras obras intermedias como el ciclo artúrico o los cantares de gesta, nos encontramos con que los autores contemporáneos han sabido rescatar acertadamente el uso de este tópico para crear obras con un buen fondo como Laura García Gallego (aunque esta autora usa el tópico del viaje en todas sus obras, algo que debemos achacarlo a su educación – es experta en literatura medieval -), J.K Rowling o, más reciente y conocido, Javier Ruescas. Parece ser que el motivo del viaje sigue despertando intereses e inspiraciones, tal y como se puede observar si nos detenemos a leer las obras que cuelgan diariamente compañeros en sus blogs… El caso que más me llama la atención es el de J.K Rowling porque ella ha conseguido introducir de manera sublime el tópico en su saga al hacer que terminase con el viaje de Harry… un viaje como desenlace, realmente sublime, porque ese viaje resulta convertirse en el instrumento que Harry necesita para alcanzar la posibilidad de enfrentarse a Voldemort . El viaje le hace más prudente, más fuerte y, sobretodo, le ayuda a entender su destino a través de la experimentación…incluso le convierte en alguien mejor, porque su carácter se ve templado por las circunstancias y adquiere una mayor capacidad de decisión.
Ahora bien, ¿es algo intencionado o simplemente natural? Bueno, no sabría deciros. Seguramente en ocasiones el uso del tópico sea puramente intencional, como podría pasar en los mitos y en los cuentos, ya que son textos destinados a dar una serie de enseñanzas y, por tanto, han sido planeados con cuidado, pensando en la mejor manera de transmitir lo que quieren.  Sin embargo, no creo que siempre sea así. Me gustaría poder preguntar a alguno de los autores que han tratado el tópico del viaje y conocer qué pretendían mientras ponían a sus personajes ante tan arduo destino, porque, sinceramente, las intenciones de los escritores nos son desconocidas, por mucho que nos empeñemos en buscar una intención entendible en todo lo que hacen. Además, no hay que olvidar que los viajes resultan sumamente atractivos a la hora de narrar una historia, porque dan más posibilidades, más juego y, sobretodo, nos permiten situar a los lectores en lugares en los que nunca han estado y que, por tanto, no podrán comprender ni rechazar.

5 comentarios:

  1. En mi opinión, toda la literatura implica un viaje por parte de los lectores (turistas en un mundo de ficción), el autor (guía que les va mostrando ese mundo) y los personajes (atracciones vivas de la historia).
    Buen artículo.
    Saludos

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  2. Como escritora y lectora de fantasía, creo que el motivo de que sea necesario un viaje (para buscar un orbe sagrado, una espada mágica, un fragmento de cristal oscuro, el remedio para la enfermedad de la emperatriz infantil o la estrella en la que vive la emperatriz de los etéreos) se encuentra en el propio género: mundos fantásticos. ¿De qué otro modo el autor iba a mostrarnos el mundo que ha creado, sino a través de los ojos de los protagonistas?
    Por otro lado, ¿dónde iban a buscar esos protagonistas las respuestas, en la biblioteca municipal, en internet? Jaja!
    Cierto que en muchas historias fantásticas nos encontramos con bibliotecas o templos en los que se guardan viejos códices, papiros, libros y tablillas grabadas, incluso con sabios que conservan en su memoria gestas y profecías de tiempos remotos, pero ningún texto o voz tiene todas las respuestas, y en ellos no se encuentra el objeto que los protagonistas necesitan, claro, ¿dónde estaría la aventura, si fuera tan sencillo como ir a la choza de la bruja del pueblo y pedir que nos diera la reliquia sagrada que tiene en un cofre que oculta debajo de la cama?
    Un viaje empieza con una busqueda (por ejemplo, "La historia interminable", de Ende, o la película "El cristal oscuro", que son dos de las primeras inspiradoras de mis Musas), con una huída (para citar a dos de mis más recientes inspiradores, mencionaré "La leyenda del rey errante", de Laura Gallego García, o "Tres Profecías", de Jordi Nogués), incluso con una travesura (en este caso, el ejemplo que me viene a la cabeza es "Las crónicas de Narnia", de C. S. Lewis). Pero enseguida se convierte en otra cosa. El protagonista se enfrenta a su primer reto, y empieza a descubrirse a sí mismo.
    De este modo, el viaje no es sólo ruta rutística y fuente de aventuras. A mi parecer, el viaje físico es una metáfora del camino invisible que los seres humanos han de recorrer para encontrar el conocimiento, y para descubrir su verdadero yo.
    Sentados en el sofá podemos aprender muchas cosas, en los libros, en la tele, por medio de internet... pero no tenemos ocasión de poner en práctica nuestros conocimientos; sabemos lo que es el miedo, y el amor, y el valor, pero no es hasta que se nos pone a prueba que averigüamos si somos capaces de amar, de vencer al temor, de ser valientes. Pero si dejamos el sofá y salimos a la calle, empieza la aventura: nos vemos obligados a tomar decisiones, a hacer preguntas, a dar respuestas, a tomar partido, a actuar. Y algo tan sencillo como ir a comprar el pan se convierte en un viaje iniciático: quién sabe qué peligros o maravillas te esperan por el camino, qué buena acción tendrás la oportunidad de realizar, a qué persona interesante vas a conocer...y eso sin salir de tu barrio!
    El viaje es necesario para el crecimiento interior de los personajes. Si no llegaran a salir de su aldea, de su castillo, de su bosque, nunca podrían convertirse en los héroes de leyenda que dan título a la historia, y no habría historia que contar.

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  3. Para no perder la costumbre, he escrito un comentario demasiado largo y no me ha dejado publicarlo entero, así que continúo aquí: Actualmente existen cuatro Historias de Thèramon sobre el papel. Dos de ellas empiezan con una búsqueda, las otras dos con una huída. En las cuatro, recorremos diferentes regiones de Thèramon, y así vamos conociendo el mundo que ya has visto en esa especie de mapa que fui capaz de dibujar. El mapa no explica cómo es en realidad el mundo que yo conozco tan bien. Pero a través de los ojos de los personajes, puedes verlo un poco, e imaginar el resto. En las cuatro historias, los protagonistas se descubren a sí mismos, viven, sienten, comparten, luchan, aprenden, se hacen fuertes, eligen un bando, se convierten en leyenda. En este caso, es más natural que intencionado, o así quiero pensarlo. Thèramon fue creado porque los heryshi partieron de Wad Ras en busca de un nuevo hogar, no había otro modo de hacerlo, era lo que tenía que suceder, no es intencionado, es natural.
    Bueno, ésta es mi opinión como lectora y mi respuesta como escritora: así lo veo,y así es como escribo. Espero que te haya servido.
    Y una vez más disculpa mi comentario desmedido. Es que me inspiras, niña, ya lo sabes!

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  4. Muchas gracias por los comentarios.
    Bea, tus comentarios, aunque largos, siempre son y serán bien recibidos :P
    Yo creo más o menos lo mismo que Bea. El viaje es algo necesario porque ayuda a que los personajes maduren, nos enseña el mundo en que nos movemos, hace participe al lector de la historia... Mi novela, de hecho, es un viaje continuo y creo que eso sirve para mantener el interés porque nunca sabes qué te vas a encontrar (ni siquiera yo lo sé, y eso ya es problemático xD).
    Además, muchas veces los viajes literarios nos muestran cosas que, de otra forma, nunca hubiesemos visto como la necesidad de luchar por quiénes queremos ("La Emperatriz de los Etéreos") o el riesgo de dejarse influir por personas negativas ("El Señor de los Anillos"), la necesidad de ser constante si se quiere alcanzar lo que se busca ( "Odisea"), etc, etc.
    Aunque sí que es cierto que algunos autores hacen uso de los viajes literarios y no consiguen sacarles provecho...una lástima, la verdad.
    Bueno, chicos, muchas gracias por leerme y comentarme. Un placer teneros por aquí :D

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  5. Realmente, viajar es un placer, pero también una aventura y un riesgo. El escritor a menudo tiene que viajar para encontrar las respuestas a sus preguntas o crearse nuevas inquietudes. Los personajes también deben viajar y enfrentarse a nuevos retos, asimilar fracasos y disfrutar éxitos; todo ello va forjandos sus caracteres. En Éxodo negro, todos mis protagonistas viajan; en dos direcciones: hacia fuera y hacia dentro. Y lo que al principio es una necesidad de mera supervivencia, acaba por ser la búsqueda incansable de la felicidad. A veces viajamos para huir del tedio y la monotonía de nuestras vidas. A veces nuestros personajes huyen de sí mismos, de una realidad aciaga, de una vida miserable. A veces huyen de los convencionalismos, la hipocresía, la falsa moral de una sociedad demasiado encorsetada... Se enfrentan a multitud de peligros y de críticas, pero acaban triunfando porque como alguien dijo una vez: la fortuna faveorece a los valientes. Por eso me voy a Córdoba a iniciar una nueva etapa, y sé que mis Musas estarán ahí, esperándome, porque las ideas no siempre vienen a tu casa... a veces hay que ir a buscarlas.

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