sábado, 10 de septiembre de 2011

El oscuro acechar del miedo

 Queridos lectores,
Hoy os dejo este pequeño relato cargado de angustia y miedo. Quiero que lo leáis con tranquilidad y os pongáis en el lugar del protagonista...¿qué os parece? Luego sois libres de dejar vuestras percepciones, vuestras opiniones y vuestros pensamientos, ya sabéis que seréis bienvenidos.
Un saludo y gracias.


© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

 
Estoy sentado en la oscuridad. No sé cuánto tiempo llevo así ni cuánto tiempo más seguiré aquí dentro… me asfixia este lugar, cerrado, a pleno sol… ¿Por qué estoy aquí? No entiendo nada. Hace poco estaba feliz entre mi gente, mirando un sol radiante, sintiendo la brisa sobre mi piel y, de repente, aquí. En la soledad. Oigo ruido a mí alrededor y eso me pone nervioso. ¿Dónde estoy?
No sé cuánto he pasado aquí. Abren la gran puerta metálica y un resplandor me ciega. ¿El sol? No, no es el sol. Esta luz es rara, menos luminosa, más hiriente que el brillante sol. Me bajan de mi jaula y siento una superficie extraña a mis  pies…caliente y rugosa, muy diferente al tacto de la tierra a la que estoy acostumbrado. Veo sombras. ¿Qué pasa? Notó un golpe en la parte trasera y me asusto. Empiezo a correr.
Alguien parece haber delimitado un conducto…y yo corro como un loco por él, intentando alejarme de lo que me ha golpeado. Hay mucho ruido a mi alrededor. Mi visión está borrosa después de tanto tiempo encerrado, pero veo sombras a mis lados…delante, detrás y a los lados. ¿Qué está pasando? Me siento nervioso, demasiado nervioso, mi corazón palpita más rápido que nunca porque esa situación no me parece buena, me huelo que lo peor está por llegar. Intento parar. Miro a mí alrededor. Hay palos de metal que me impiden correr libremente y un gran número de sombras se apilan en torno a ellos, como si se intentasen proteger de mí… ¿de qué? ¡Yo sólo quiero volver a casa! Alguien me golpea. Me giro a tiempo de ver una sombra rápida a mi izquierda, otra sombra se escabullé por la derecha… ¿por qué me están acechando? No puedo continuar ahí. Tengo miedo. Corro. Corro con todas mis fuerzas y me da igual si me llevo por delante alguna de esas sombras que se cruzan…ellas me dan miedo.
Hay un recinto enorme delante. Quizás sea el final y pueda descansar. Corro. Luces que me deslumbran, voces extrañas, gritos… ¿qué es esto? Un círculo gigante que huele… ¿a sangre? ¿a sudor? Huele a muerte de compañeros… ¡oh Dios mío! ¿Dónde me han traído? Golpeo el suelo con mis pies intentando familiarizarme con esa nueva superficie…arenosa, pero sigue sin ser como la tierra que acostumbro a pisar. Me duelen los pies y las articulaciones. La carrera por el camino metálico me ha debilitado…no estoy acostumbrado a correr en esas condiciones. Además, el corazón me da brincos y siento el cuerpo empapado de sudor. Tengo miedo y quiero gritar.
Las sombras vuelven a congregarse a mi alrededor. Algunas brillan más que otras. No sé qué quieren, pero no pienso dejar que me hagan más daño.  Gritos y un extraño silbido…una sombra a la derecha, otra a la izquierda, noto una detrás… ¿qué hacen? ¿Qué quieren? Me muevo, intentando entender qué está pasando a mi alrededor…una sombra se acerca… ¿dónde está? Brilla. Voy a por ella…estoy harto de esta sensación de miedo, un miedo que se me pega a los músculos y me aprieta el corazón. Ha desaparecido… ¿dónde se ha metido la sombra? ¡Ah! Hay algo delante de mí… ¿un vallado? Veo sombras tras él…se esconden… ¿y yo? ¿Dónde puedo esconderme? ¡Quiero salir de aquí!
De nuevo me acechan…no me dejan en paz. Yo solo quiero salir. Volver a casa. Con mis amigos y familia…se preguntarán dónde estoy, claro. Ellos no saben qué  ha pasado conmigo. Ni siquiera yo lo sé. Otra sombra se me acerca…me lanzo contra ella. ¡Dios! Mi pierna!  Siento un dolor horrible en la pierna derecha…caigo sobre esa superficie arenosa y gimo. Me he hecho daño. Siento las sombras a mi alrededor, desafiantes, atemorizantes… ¿no ven que estoy herido? ¿No piensan dejarme en paz? Me levanto de nuevo. Mi otra pierna no aguantará mucho, pero no pienso dejarme caer…no allí. Observo con miedo y el griterío me pone nervioso. Mi pierna manda oleadas de dolor. Ha sido la carrera por ese suelo extraño, estoy seguro…nunca antes me había pasado.
Un nuevo ataque. Me asusto e intento atrapar la sombra, pero vuelvo a caer. Esta vez he escuchado un “crack” en mi pierna herida y la otra no parece querer responder. Tengo la cara sobre la arena, de donde me llega el hedor de la muerte. Ahora sé lo que me va a pasar. Sé que voy a morir ahí mismo, así que me dejo caer. Ya me he cansado de luchar. ¿Soy un maldito espectáculo o qué? Yo no he hecho nada para que me hagan esto. Nunca he hecho nada. Me he limitado a vivir mi vida, sin meterme nunca con nadie… ¿por qué me hacen esto? Gimo al notar que alguien tira de mí. Quieren que me levante, que continúe con mi espectáculo…no pienso hacerlo. ¡Qué os den, sombras! ¡Aggghh! Han tirado de mí y me han puesto en pie…me duele horrores… ¿por qué no me dejan morir tranquilo? Nuevas sombras me acechan…son más grandes y huelen…huelen como algo que conozco…. ¡son de los míos! No pienso perderles, les sigo asustando y temeroso de las otras sombras. Las sombras malas que me acechan para hacerme caer y reírse…oigo sus risas, desde luego. Mis nuevos compañeros se adentran por un túnel oscuro…mis piernas no aguantarán mucho, así que uso mis últimas energías para correr tras ellos… ¡Libertad!

Me equivoqué. Vuelvo a estar donde empecé. Aunque ahora mi jaula me parece aterradora. El corazón me palpita demasiado deprisa, creo que quiere salirse del pecho y emprender la huida. No me extraña. Gimo al notar un dolor punzante. No noto nada. Mis miembros parecen estar medio muertos y el dolor aumenta…¡mierda! Creo que no volveré a ver a mis seres queridos. Sé que me estoy muriendo, pero no entiendo por qué. ¿Por qué me han hecho esto? ¿Por qué disfrutan viéndome sufrir? De verdad que no lo entiendo…



  Una vez que lo habéis leído. Me gustaría deciros cómo se me ocurrió este relato.
Ayer estuve en las fiestas de un municipio cercano y unos amigos me convencieron para ir a ver los encierros...Nunca veo los encierros porque me parecen una tortura, una crueldad...No espero que todos compartan mi opinión, pero ver al primer toro sufriendo lo mismo que narro en el relato me hizo preguntarme...¿quién es el animal aquí? Y pensé que merecería la pena hacer un tributo a esos animales muertos por divertir a la gente ansiosa de sangre y sufrimiento que no es capaz de ponerse en el lugar del animal, de entender su miedo y su angustia ante una situación que no entiende. 
Así que esto va en honor a esas víctimas del hombre que, por ser animales, poca gente se honra a recordar.
Si alguien se ha sentido herido por mis opiniones o por mi relato...de verdad, lo siento, pero es únicamente mi opinión y no, no quiero imponerla a los demás. Cada uno disfruta con lo que quiere.
Un saludo, lectores, y buen fin de semana.

3 comentarios:

  1. No voy a comentar tu relato de hoy, no voy a dar mi opinión, no voy a decir si estoy en contra o a favor de este tipo de festejos, ni por qué. Amo las tradiciones y amo a las animales, pero no a todos, del mismo modo que no comprendo ni comparto todas las tradiciones.
    Pero entiendo el sufrimiento y el miedo, porque lo he visto y lo he sentido. Y en este relato lo describes a la perfección. Eso es lo que me gusta de ti, mucho más que tus historias, tu prosa, tu modo de contar las cosas, consiguiendo transmitir sensaciones y sentimientos, llegándonos al corazón. Por eso te leo, por eso me inspiras.
    Mis Musas y yo te damos las gracias.

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  2. Me ha encantado!! me ha parecido muy pero que muy original este relato. Es angustioso leer lo que el pobre toro siente. Desgraciadamente este tipo de salvajadas siguen considerandose tradición y creo que pasará mucho tiempo hasta que este tipo de festejos queden en las crónicas de la España sangrienta. Me ha encantado nena! Un besazo. Por cierto que soy Raquel pero desde otro ordenador jajajaj

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  3. Bueno, me alegro que os haya gustado porque es la forma en que yo lo veo. Quizás soy un poco tonta por ponerme en la piel del animal, pero es mi forma de asegurarme de cumplir la Moral de Oro esa que dice: "no hagas al prójimo lo que no te gustaría que te hicieran a ti." Es algo que me enseñó mi abuelo muy de pequeñita y he crecido llevándolo a raja tabla...a veces me da alegrías, otras veces (las más) penas, pero...soy feliz :D
    Bea: me has sacado los colores, amiga mía. Me alegra saber que he conseguido transmitirte justo lo que yo esperaba, y que te guste mi forma de escribir...bufff eso es lo más bonito que me podías decir!!
    Raquel: ¿camuflada?! jajaja la verdad es que siempre me ha parecido una práctica cruel, pero tampoco me meto mucho porque creo que cada uno es libre de ir a donde quiera...así que siempre he preferido ignorar este tema en reuniones familiares o amistosas, porque podría enturbiarlas xD Pero, como tú, yo también espero que esta práctica tan española quede en algún momento relegada al olvido.
    Un besazo enorme a las dos y mil gracias por vuestra visita :D

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