Heroidas

Antes de hablar de esta maravillosa obra os voy a tener que desvelar un secreto...soy una apasionada de la literatura clásica, sobre todo la latina, así que es posible (más que posible, incluso) que no sea nada objetiva con esta obra en particular que, además, ha marcado gran parte de mi vida universitaria y de mi forma de entender la literatura en general.
En primer lugar, creo necesario haceros una pregunta. ¿Sabéis, conocéis o habéis oído hablar de Ovidio? Humm Si la respuesta es afirmativa... ¡bien! Si la respuesta es negativa... no pasa nada, es un gran escritor pero no mucha gente ha oído hablar de él. Para los que se quedaron a cuadros al ver el nombrecito de Ovidio y todavía están pensando si acudir a la wikipedia para saber de él, os voy a ahorrar el trabajo y yo misma os voy a contar quién fue este señor y por qué es importante que le conozcáis.
Ovidio es un escritor latino, del siglo I a.C. Vivió durante un momento importante de la historia de Roma: el principado de Augusto; y, por motivos que aún son desconocidos (unos dicen una cosa y otros otra), fue desterrado a la ciudad de Tomis, actual Constanza (Rumanía). Sin embargo, antes de ser exiliado, Ovidio tuvo una importancia literaria visible. Su obra más conocida y que seguro más de uno habréis oído nombrar fue Metamorfosis, un compendio de historias o mitos clásicos que son una delicia y de las que ya hablaré en otro post. Las obras inmediatas al destierro y que, se supone, fueron la causa  de éste son de un corte algo más picantón: Amores, Arte de Amar, Remedios para el Amor y Sobre la cosmética del rostro femenino. Todas estas obras tienen un hilo común...el amor. Ovidio era un especialista, por lo visto, y en Arte de Amar y Remedios para el Amor se dedica a dar consejos a los hombres para conseguir el amor de una mujer y para olvidar a una mujer (o romper con ella). En Amores se recogen una serie de poemas de corte amatorio y erótico que tratan sobre el amor de Ovidio hacia una mujer que le vuelve loco.
Perooooo, aunque todas estas obras son maravillosas, yo quería hablaros de una muy especial: Heroidas, que en español suele traducirse como Las Heroínas. ¿De qué va esta? Bueno, seguro que todos habéis escuchado hablar de Ulises, de Eneas, de París y de los héroes clásicos por experiencia (sobre todo ahora que lo clásico está de moda otra vez); todos estos héroes tenían mujeres a su lado, mujeres que a menudo han quedado relegadas a la ignorancia o al olvido, nadie se preocupó por los sentimientos de la pobre Penélope mientras esperaba a su marido ausente, o los sentimientos de la terrible Medea contra Jasón... Mujeres en la sombra, ignoradas y tratadas de forma vejatoria en la mitología. Ovidio, sin embargo, entiende que esas mujeres, esas figuras en la sombra, tenían sus sentimientos y sus sueños, deseos y odios... y decidió que él sería el encargado de darlas voz. Es así como nace Heroidas, una obra en forma de cartas en las que las heroínas más famosas de la antigüedad cobran fuerza y hablan sobre su situación, se quejan, se lamentan, suplican, amenazan, se arrepienten... Ovidio logra meterse en la cabeza de aquellas mujeres, se pone en su piel y analiza con bastante acierto la psicología femenina, algo impensable en esa época.
La obra se divide en quince cartas, dos de ellas dobles (es decir, la heroína escribe a su amado y el amado contesta). A continuación podéis ver la lista (sacada de wikipedia):
  1. Penélope a Ulises
  2. Filis a Demofonte
  3. Briseida a Aquiles
  4. Fedra a Hipólito
  5. Enone a Paris
  6. Hipsípila a Jasón
  7. Dido a Eneas
  8. Hermíone a Orestes
  9. Deyanira a Hércules
  10. Ariadna a Teseo
  11. Cánace a Macareo
  12. Medea a Jasón
  13. Laodamía a Protesilao
  14. Hipermestra a Linceo
  15. Safo a Faón
  16. Paris a Helena
  17. Helena a Paris
  18. Leandro a Hero
  19. Hero a Leandro
  20. Aconcio a Cídipe
  21. Cídipe a Aconcio

Ahora os voy a decir lo que me parece esta obra personalmente, porque creo que la mejor forma de recomendar la lectura de un libro es decir lo que uno mismo opina sobre él.
Cuando leí por primera vez las Heroidas estaba en 3º de carrera, un profesor de latín nos obligó a leer toda la bibliografía de Ovidio para el examen y a mi me parecía una barbaridad. Entendedme, no es que no me guste leer, pero prefiero tener tiempo para disfrutar de mis lecturas y tenerme que leer ocho obras extensas en el plazo de un mes, compaginándolas con otras miles de lecturas de otras asignaturas….me parecía una tarea imposible. Sin embargo, fue empezar a leer a Ovidio y no poder parar. Cuando llegué a Heroidas yo ya estaba totalmente enamorada de este escritor, su forma de escribir es sencilla, directa y muy apegada al mundo real, le encanta poner en acción sus dotes como psicólogo y eso hace que sus obras estén llenas de matices y colores diferentes; sin embargo, Heroidas fue más de lo que esperaba.
La obra empezaba con una pasional carta de Penélope echándole en cara a su marido que aún no haya regresado a su lado… ¡Ah! Penélope era la heroína griega que más rabia me daba y, al mismo tiempo, que más me gustaba. ¿por qué? Pues porque Penélope es la típica mujer enamorada que es capaz de esperar el regreso de su marido durante años, sin serle infiel, mientras él anda de pendoneo por el mundo… Es tierna, dependiente pero fuerte y decidida… Sin embargo, Ovidio me dio una nueva visión de ella, una Penélope cansada de esperar y llena de sospechas, una mujer que se siente sola y abandonada en un mundo hostil…una mujer que, a pesar de sentir un poco de rencor, sigue ciegamente enamorada de ese hombre que la está haciendo trizas el corazón.
Sin embargo, mi carta favorita es la quinta: Enone a Paris. Enone es una heroína totalmente desconocida para los mortales más comunes, puesto que solo autores especializados en la materia hablan sobre ella y, sin embargo, es una de las heroínas más maravillosas de la historia griega. Enone era la primera mujer del famoso príncipe Paris (sí, el de la guerra de Troya); abandonada por su marido tiene que presenciar cómo él vuelve de un viaje acompañado de Helena y cómo la convierte en su mujer, olvidándose de ella. Como podréis imaginar, la carta está repleta de reproches, reproches que se mezclan con amenazas, con disculpas, con promesas...Enone quiere a Paris, quiere que vuelva a su lado, pero odia sentirse así por su culpa y, en cierto modo, termina odiando y amando a Paris... ¿Os suena de algo? En fin, es la historia más bonita de todas y a mi me encantó...de hecho, desde que la leí asumí el nick de Enone en casi todo, tan hechizada me tiene :D
¿Qué os parece? Maravilloso, eso me pareció a mí y eso fue lo que me hizo seguir leyendo con más ansias que nunca… Tantas heroínas desconocidas, tantas voces clamando ser escuchadas por primera vez… ¿Cómo no podía gustarme? Yo ya sabía su historia, pero conocía sólo la parte de la historia que iba pegada a sus amantes y saber qué era lo que habían sentido ellas me hizo darme cuenta de lo injusta que es la literatura y la historia, porque muchas veces sólo conocemos la realidad o las historias a la mitad.
Después de leer esta obra, empecé a mirarlo todo desde otro punto de vista y comencé a interesarme por los personajes que quedaban en la sombra. Por ejemplo, por esta época comenzó a interesarme el pasado de los antagonistas de las grandes obras de la literatura… yo había escuchado la historia contada según el punto de vista de los ganadores, pero, ¿qué pasa con los malos? Algo habrá en su pasado que explique su comportamiento, al igual que algo existía en el pasado de aquellas heroínas que poblaban las historias clásicas, heroínas que habían pasado de puntillas por la mitología y de las que nadie se había preocupado, como si fuesen meros objetos de decoración que no merecen más que una mirada superficial y rápida.
Bueno, creo que con esta reseña (que se me ha ido un poco de las manos, la verdad) os habrá quedado claro cuál es el motivo por el que recomiendo encarecidamente a todos que leáis a Ovidio, especialmente que leáis las Heroidas. Os prometo que el tiempo invertido no será un tiempo malgastado.
Un saludo a todos.

1 comentario:

  1. La obra de Ovidio, además de reflejar su excelencia como autor latino y su maestría por el dístico elegíaco, también le abre la puerta al punto de vista femenino en situaciones donde siempre se las había visto como culpables.

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