jueves, 29 de septiembre de 2011

Decisiones

Este relato, inspirado por dos canciones muy diferentes entre sí, quiero dedicárselo a esos compañeros que hacen de la literatura realista un auténtico arte y que me inspiran a hacer incursiones alocadas en el género para saber qué se siente.
Muchas gracias por inspirarme y ayudarme a mejorar.


© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

Ella mira el reloj con impaciencia mientras dirige miradas torvas hacia el dormitorio, donde la luz sigue encendida y no parece irse a apagar en breve. Suspira y coge el móvil entre sus manos, mirando la hora con ansia y tristeza. Le quedan diez minutos para decidirse.
-          Cariño. – llama ella con voz dulce, sin apartar la mirada del móvil.
-          ¿Sí? – responde una voz masculina desde el dormitorio.
Sabe que todo depende de ese momento y no puede echarlo a perder, así que, respira hondo, se levanta del mullido sofá donde hace una hora que descansa mientras finge leer un libro de cuyo título ni siquiera está segura, y se dirige con pasos inseguros hacia la habitación iluminada.
Mientras camina por el pasillo, ve las fotos, recuerdos de una vida, mil decepciones y alegrías colgadas en las paredes color café de aquel piso escuchimizado de Madrid donde él se empeñó en vivir. Y son esas mismas fotos las que le recuerdan todo lo que ha perdido, lo que ha dejado atrás por una vida que ni siquiera es la suya, así que sonríe y, dejando atrás el miedo y la culpabilidad, asoma la cabeza por la puerta que da al dormitorio. Dirige una mirada inocente al hombre que está en la cama, leyendo un libro que ella le recomendó, y sonríe con tristeza.
-         --  Cariño, ¿te importa si me acerco a casa de Julia? – pregunta ella con el tono más inocente que conoce.
-          ¿A estas horas? – él levanta la vista del libro y la mira, intentando decidir si lo dice en broma o en serio.
-         --  Ya sé que es tarde, es que me ha llamado hecha un mar de lágrima y…- se detiene, sonríe y sacude la mano como restándole importancia. – Mira, déjalo, tienes razón y es demasiado tarde…
-       --   Anda, vete – accede él con una sonrisa en el rostro. – Dios no quiera que yo sea el culpable de que Julia entre en crisis.
-      --    ¡Qué tonto eres! – exclama ella entre risas, mientras se dirige al armario y se pone unos pantalones y una blusa verde claro. – Seguramente haya vuelto a discutir con ese zopenco que tiene como novio… ¿en serio no conoces a nadie que podamos presentarle?
-      --   Nadie en su sano juicio aguantaría a alguien como Julia, cariño – asegura él, volviendo a perderse en la lectura. – No vuelvas tarde, ¿ok?
-      --    Tranquilo, ni siquiera notarás que me he ido – susurra ella, saliendo de la habitación con los tacones en la mano para evitar molestar a los vecinos.

Demasiado fácil, ese es el primer pensamiento que la atraviesa mientras baja las escaleras, aún descalza y con el abrigo en la mano. Hace años que la relación se enfrió, aunque siguen fingiendo que todo está igual. Ella sabe que él ya no la quiere o, por lo menos, no tanto como antes; y ella…bueno, ella le quería, pero se cansó de esperar. Se quita la goma que aprisiona sus rizos en una cómoda coleta y sacude la cabeza con fuerza, amoldando el cabello con una mano mientras con la otra rebusca en el bolso un pintalabios.
El móvil empieza a vibrar mientras ella escapa por la puerta principal. Tras unos minutos de búsqueda, lo encuentra en el fondo del bolso y sonríe al ver el número brillando en la pantalla.
-          Ya he salido, dame diez minutos y estoy allí. – dice ella sin saludar siquiera a la persona que llama – Te dije que iría, ¿no? No, no….sólo es una cena, Raúl, nada más – ríe con ganas ante un comentario de la otra persona. – Venga, anda, que ahora te veo.
Y cuelga. En la pantalla del móvil la foto de ella y Jorge en su aniversario, con el mar de Valencia de fondo, se ilumina, quizás para recordarla lo que está dejando en casa, pero ella sólo quiere sentirse querida y Raúl le da lo que Jorge ha olvidado con sus horas de trabajo, sus viajes y su cansancio… La mitad del día se siente sola en ese horroroso piso que se empeñó en comprar, la otra mitad…bueno, la otra mitad del día, prefiere no sentir demasiado por miedo a hundirse en la espiral de autocompasión.

Sólo es una cena, se repite mientras camina hacia el metro y toma el tren en dirección al centro, una cena con un amigo. Sin embargo, una irritante vocecilla en su cabeza le recuerda con insistencia que si sólo fuera una cena, se lo habría dicho a Jorge y no habría salido a escondidas de su casa. Y, por una vez, la vocecilla tiene razón y ella se para en seco en la estación de Sol, intentando buscar algo que refute la teoría de la vocecilla, pero no hay nada y eso la hace sentirse extrañamente cansada y libre. No hay nada que refute a la vocecilla porque aquello es una cita, no una simple cena, y ella sabe que esas citas suelen terminan con un par de cervezas y una escena salida de tono en algún local de moda mientras su pareja, ese hombre que ha estado con ella desde la universidad, duerme ignorante en una cama que pronto ella manchará con la mentira. Sonríe con tristeza, coge el móvil y, con dedos rápidos de quien acostumbra a hacerlo, escribe un mensaje; mira el contacto, vuelve a sonreír y le da a enviar antes de perderse en la noche, en el metro y en una vida que, aunque insulsa, es la suya.

Canciones que me han inspirado...


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Un año para recordar

Buenos días, amigos.
A dos días de cumplir añitos (25 para ser exacta...madre cómo pasa el tiempo!!!) me he puesto a hacer memoria de lo que ha sido de mi vida en este año. Habrá a quien un año le parecerá un período de tiempo demasiado breve, pero yo en un año he cambiado tanto que ya no me reconozco, la verdad; aunque también he de decir que he cambiado porque ha habido un empujón de por medio, pero bueno.
A pesar de que este blog existe desde el 2009, no fue hasta Septiembre del 2010 cuando comencé a tomarlo como una terapia y empecé a escribir diariamente en él, a compartir mis preocupaciones y ansiedades con un pequeño número de lectores que ha ido aumentando poco a poco. ¿Por qué en Septiembre? El treinta de Septiembre de 2010, día de mi cumpleaños, tuve de hacer frente a una trama digna de un mal libro que la que era mi mejor amiga me regaló en ese día tan especial. Esta historia me dejó tocada y medio hundida, y como soy incapaz de expresarme si no es a través de la escritura, empecé con este blog para que me ayudase a avanzar. ¡Y vaya si lo ha hecho!
Gracias a este blog he conocido a gente maravillosa, he podido poner a prueba mis capacidades literarias, he probado nuevos estilos, he compartido sentimientos y, lo más importante, me he decidido a llevar a cabo mi sueño.  Así que, ahora, al mirar atrás, tengo que agradecer a esas dos personas que intentaron hundirme con mentiras e insultos que lo hicieran, porque gracias a ellas he salido a flote, me he convertido en una persona más fuerte y mejor, y estoy aquí ahora mismo. Mil gracias, "amigas".
Bueno, pero eso no es todo... En Mayo de este año, después de contactar con la maravillosa María de El blog de Anxana, empecé mi periplo editorial o, como lo llaman por ahí, mi odisea. He perdido la cuenta del número de propuestas que he enviado hasta el momento... agencias, editoriales...la verdad es que he tocado todos los palos de la baraja. A día de hoy, he recibido contestación de tres editoriales serias (una rechazando, dos pidiendo el manuscrito completo) y de dos agencias (una rechazando y otra pidiendo el manuscrito). También he recibido muchos cantos de sirena, como he decidido llamarlos, que me ofrecían publicar mi obra a cambio de una pequeña aportación económica...Coedición, vamos. He tenido contacto con editoriales de reputación dudosa que ponían mi sueño en bandeja...Y he luchado contra todas ellas, he sobrevivido a las sirenas gracias a los consejos prudentes de mis compañeros de viaje que me recordaron que un autor jamás de los jamases debería pagar por publicar a no ser que sea la última opción.
Y mientras espero la respuesta de los que quedan, sigo escribiendo. Me turno...a ratos continuo con la segunda parte de la novela, a ratos escribo cuentos, a rato artículos. Todo sea por no perder la movilidad en los dedos :O Además, me he presentado a varios concursos de relatos. El concurso de relatos breves de la Fundación Imprimátur me dio una gran alegría porque conseguí colarme entre los relatos escogidos para ser publicados con mi Cambiar la historia que era un relato homenaje a ese terrible día de Septiembre que me cambió para siempre, un sello para poner el final a una historia que había quedado abierta; así que me siento orgullosa y feliz de saber que no va a quedarse en el olvido. Ya os informaré de dónde se venderá el librito y cuánto costará por si alguien estuviese interesado :P
Del resto de concursos aún no sé nada, aunque creo que todos se decidían entre Septiembre y Octubre...los elegí justamente por eso, para poder estar presente cuando se hiciera público el fallo y poder ir a la entrega de premios.
Y he aquí cuando llega el mayor cambio de mi vida. Este año, después de postponerlo durante tanto tiempo por miedo a abandonar a mis seres queridos, he decidido marcharme a Inglaterra unos meses y experimentar un cambio de aires. Nunca me ha dado miedo viajar sola, de hecho me gusta...pero tenía muchas cosas aquí como para dejarlas y temía hacer daño a las personas que me rodeaban. Sin embargo, en este año me he dado cuenta de que pensar en los demás antes que en mí misma es algo autodestructivo y, en ocasiones, es bueno ser un poco egoísta y hacer las cosas pensando únicamente en ti. Así que di el paso y aquí estoy, a menos de un mes para marcharme y enfrentarme a una nueva vida en la que tendré que poner en práctica mis dotes como "mami" , que para algo voy a ocuparme de dos pequeñajos :P
Hasta aquí esta recapitulación de lo que va de año. Un año que ha estado plagado de momentos negros, pozos que parecían no tener salida, pero también de estrellas reluciendo al final de esos pozos y animándome a seguir adelante con su mera presencia.
 Gracias, mis estrellas, y gracias, lectores, por hacer de este blog un rincón tan acogedor y familiar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Desaparición de sonidos...el declive del lenguaje.

 Hoy escribo desde la indignación de una lectora, amante de la lengua y, en último lugar, filóloga clásica para denunciar la infame desaparición de sonidos o fonemas procedentes del latín y que, por falta de educación lingüística, la gente ha olvidado provocando que sean eliminados del vocabulario para facilitar a esas personas el aprendizaje de una lengua que amenaza con ser cada vez más sencilla, cada vez más adaptada al habla de ciertos estratos sociales, cada vez menos exigente.
Me da igual la RAE y sus normas en pro del desarrollo y la modernización del lenguaje. Hay cosas que se pueden admitir y cosas que no. Un cambio que no pienso admitir jamás de los jamases será la desaparición de la grafía “ps” simplemente porque a la gente se le haga complicado pronunciarla… No es “sicólogo” es “psicólogo” y, desde luego, no es “pesi” es “Pepsi” ya seas de Fuenla, de Móstoles o de la Luna …¡Por los dioses! Qué no es tan difícil y el sonido “ps” es bonito, resultón y llamativo.
Además, esa grafía es herencia del latín y fue uno de los pocos sonidos que sobrevivió al paso del latín vulgar al romance, del romance al castellano antiguo, del castellano antiguo al moderno…¿por qué matarlo ahora? Comprendo que los hablantes nos basamos en una norma lingüística denominada “economía del lenguaje” que quiere decir que tendemos a eliminar aquello que sobra para hacer más ágil un discurso (de ahí el encadenamiento de vocales, la aparición de abreviaturas, el uso de siglas, etc.etc.) pero el sonido de esta grafía no supone un gasto extra de energía al hablar puesto que se hace el mismo esfuerzo en pronunciar un “ps” que una “s” líquida. Entonces, ¿por qué tanta saña con eliminarlo?
Pues bien, según mi experiencia, los maestros han perdido el rigor a la hora de enseñar la pronunciación de los sonidos del español. No sé por qué, no pienso juzgarles y no me quiero meter en líos, pero está claro que algo raro pasa. Mis maestros me enseñaron a pronunciar todos los sonidos del castellano correctamente, yo distingo entre el sonido de la “b” y de la “v”, de la “d” y de la “r”, de la “ll” y de la “y”…y por supuesto, distingo el sonido de “ps” y de “s”.  Estas distinciones se han ido afianzando gracias al estudio del latín y del griego, donde los sonidos son sumamente necesarios y diferentes, pero la base ya la tenía gracias a esos profesores tan maravillosos que con el libro de Micho (editorial Bruño) en mano y una gran paciencia me enseñaron a pronunciar correctamente y a entender las diferencias.
                                 
No tengo hijos, así que no puedo decir qué ha cambiado o qué se mantiene. Pero he trabajado vendiendo libros de texto y he tenido la suerte de ojear las nuevas tipologías…Demasiados libros para unos niños tan pequeños y su contenido es, en cierta medida, mayor que lo que yo daba pero de menor calidad. Así que empiezo a entender un poquito dónde está el problema. Y no, no creo que la culpa de esto sea completamente de los profesores, sino que considero que es el propio sistema educativo el que ha caído en la trampa de querer formar alumnos con muchos conocimientos, pero no ha tenido en cuenta las necesidades del alumnado.
El caso es que muchos jóvenes alcanzan la adolescencia sin saber distinguir la mayoría de nuestros sonidos y eso les pone en serias dificultades a la hora de tomar apuntes o hacer dictados. Sin embargo, aunque ese punto me preocupa especialmente, lo que más me preocupa es que estamos prohibiéndoles el acceso a un castellano muy rico en sonidos, hermoso cuando se pronuncia como debiera y con grandes matices léxicos (recordemos que muchas palabras del castellano se escriben igual y sólo pueden distinguirse por el sonido o el contexto, como la famosa “baca” o “vaca”).
Estos alumnos formados precariamente en la pronunciación de su propia lengua siguen avanzando académicamente, llegan a la universidad, se licencian (o gradúan, de ahora en adelante) y se convierten también en profesores que enseñarán a sus alumnos a leer, a escribir, a sumar…los alumnos se fijarán en ellos como modelo, pero como estos nuevos profesores (antiguos alumnos) no han adquirido la capacidad de diferenciar los sonidos del castellano, sus actuales alumnos tampoco lo harán. Otros se convertirán en periodistas, locutores, actores, físicos, químicos, escritores...y seguirán arrastrando esa incapacidad de diferenciar sonidos, incapacidad que termina agravándose con faltas ortográficas que se deben a esa confusión, faltas ortográficas que saldrán a la luz, que muchos copiarán y propagarán y…vuelta a empezar, como la pescadilla que se muerde la cola.
En fin, este post lo he escrito, en principio, como una protesta por estos cambios que, desde luego, yo no voy a poder detener (pero pienso oponerme a ellos con todas mis fuerzas); pero ahora me gustaría hacer una reflexión sobre este sistema educativo que parece tambalearse desde los cimientos. A veces, lo importante no es cuánto aprenden los niños, sino cómo lo aprenden y, desde luego, es mejor aprenderse bien la tabla del dos que saberse a medias todas las tablas de multiplicar, ¿no creéis? 

viernes, 23 de septiembre de 2011

Enseñanza pública en peligro de extinción

Tras oír mil mentiras que suponen burdos intentos de tapar la masacre educativa que está teniendo lugar en España, he encontrado la siguiente carta de una alumna de un instituto público. Carta en la que se defiende la labor del profesorado y se ponen sobre la mesa ciertos datos que los políticos intentan esconder bajo la alfombra, para que nadie consiga entender a tiempo que, si siguen así, la educación pública en España se va a ir a pique. Se convertirá en una enseñanza de guetos y los que quieran aprender, tener un futuro, deberán acudir a la escuela concertada o privada, lo que nos privará de grandes profesionales o estudiantes gracias a un corte económico que, a mí, me parece especialmente vergonzoso.
No, de esto no tiene la culpa sólo un partido político...la verdad es que aquí todos han participado en el asesinato de la educación pública ya sea directa o indirectamente (aquí viene bien la famosa expresión: "entre todos la mataron y ella sola se murió"). Un hecho que no debemos olvidar nunca, porque si olvidamos estamos haciendo lo que ellos quieren.
Por otro lado, a los que se creen a pies juntillas las mentiras propagadas por los políticos de que los profesores sólo trabajan 18 horas...por favor, pensemos un poco. Un profesor no sólo tiene clases, también tiene excursiones, guardias, reuniones, consejos escolares, exámenes, clases, etc. etc. No son 18 horas de trabajo, son muchas más...incluso, a veces, más de las que deberían, pero un profesor de verdad, con vocación por la enseñanza, nunca se quejará. Seguirá al pie del cañón, intentando transmitir a los alumnos aquellos conocimientos que a él le apasionan, sea como sea y tarde el tiempo que sea.
Así que, por favor, seamos consecuentes y respetemos los derechos y la labor del profesorado que está siendo duramente atacado, y que defiende algo que nos incumbe a todos: la educación.
Estos días han circulado por internet multitud de cartas abiertas de profesores tratando de explicar que no son dos horas, que no son ellos los más perjudicados. Que somos nosotros. Me indigna ver cómo todo su esfuerzo no sirve para nada en cuanto algún político deja caer frente a los medios que son unos vagos y que sus protestas se deben a esas dos horas que no dejan de mencionar. Nos manipulan como quieren, sus medias verdades aparecen en las primeras planas de sus periódicos mientras los hechos, las cifras objetivas, quedan sepultadas bajo sus artimañas electorales.
Así que me gustaría compartir mi versión como alumna de secundaria de la escuela pública. No creo en partidos políticos ni me importa a quién le bajen el sueldo o le suban dos horas, me importa mi futuro y el de mi generación.
Hace una semana que comencé 1º de Bachillerato en un instituto de Getafe. No es una mala zona, no hay mucha pobreza y sé que debo considerarme afortunada. No puedo imaginar cómo está la situación en otros institutos de zonas más pobres aquí mismo, en Getafe. No sé si creerme las cosas que me cuentan sobre más de 40 alumnos hacinados en aulas sin material, con profesores más preocupados por salir vivos del aula que por conseguir un buen nivel.
En el mío somos 30, 37 y 33 alumnos de 1º de Bachillerato en las 3 clases. Pensábamos que habría 4 clases, porque hay cuatro opciones de Bachillerato, pero las letras puras (Griego y Latín) han sido desterradas. La profesora de Latín nos decía que estaban protegidas por ley, así que no entiendo cómo ella, junto con mis compañeros que querían estudiarlas, se han tenido que marchar del instituto.
Esta semana no hemos dado prácticamente clases útiles, mi instituto está sumido en el caos. Hemos cambiado de tutor un par de veces por los desajustes en los horarios. Al no haber clase de tutoría no hemos podido elegir delegado, el que se encarga de cerrar el aula con llave durante los recreos, por lo que debemos llevar siempre encima la mochila para evitar los robos. No hay profesores de guardia para vigilar a los alumnos que están solos cuando algún profesor falta, ni siquiera a los más pequeños, recién llegados a secundaria. Los horarios son provisionales, cualquier nuevo cambio ordenado desde la Administración trastoca las clases de todos y exige rehacer toda la organización.
Tengo tres profesores, de lengua, mates e inglés, que en realidad son "medios" profesores. Trabajarán media jornada en mi instituto y la otra media en otro, aunque el descontrol es tal que todavía no han mandado ninguno desde la Administración. Mientras tanto estamos parados durante estas tres horas, o a veces nos juntan en el aula grande a los tres bachilleratos (los 100 alumnos) con un solo profesor para que no perdamos el tiempo. Ni siquiera sabemos en qué grupo de matemáticas estaremos porque los profesores no pueden ponerse de acuerdo en qué sistema usar para dividir los grupos hasta que llegue el que falta. ¿Que tenemos peor nivel que la privada? ¿Acaso creen que en la privada se pierden tantas horas de clase por temas así, que tienen el mismo material, la misma treintena de alumnos por clase?
Los 'desdobles' de las únicas dos optativas que el instituto ha podido ofertar tienen, de nuevo, 30 alumnos por desdoble, incluida Ampliación de inglés oral. ¿Qué tal creen ustedes que funciona una clase de inglés oral con 30 alumnos? Tenemos oportunidad de hablar 1 minuto y medio cada alumno.
Me indignan las mentiras descaradas de Aguirre. Sí que ha habido recortes, lo notamos todos los alumnos, la precariedad y el descontrol generado por la falta de profesores. Todos están dando más de lo que pueden y aun así no es suficiente, no dan abasto con tanto por hacer en pleno inicio de curso escolar y tan pocos recursos.
Estoy orgullosa de mi instituto y de mis profesores, que me han enseñado a no rendirme y a luchar por mi futuro. Gracias a la escuela pública este año pude optar al Bachillerato de Excelencia en el San Mateo (quedé entre los 50 mejores del examen para el premio extraordinario de la ESO, aunque por supuesto no gané: nadie de la zona sur ganó), pero he decidido seguir en mi instituto público sin presupuesto, que es el que ha hecho que quedase entre esos 50 mejores.
Así que no me voy a callar mientras nos arrebatan la educación pública y nos condenan a una sociedad de clases sin posibilidad de ascender. Si los ricos son los únicos con acceso a educación, los pobres siempre seguirán siendo pobres, eso aprendemos en clase de historia. Tal vez unos cuantos políticos deberían dejarse de propaganda y trapicheos y volver a la escuela a estudiar el Antiguo Régimen, las revoluciones y el movimiento obrero, antes de repetir los mismos errores del pasado.
M. L. G.
Una alumna del IES José Hierro
 Fuente: Blog Eso de la ESO

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El tópico del viaje en la literatura

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“El camino sigue y sigue  
desde la puerta.  
El camino ha ido muy lejos,  
y si es posible seguirlo  
recorriéndolo con pie decidido  
hasta llegar  a un camino más ancho  
donde se encuentran senderos y cursos."  

El Señor de los Anillos I La comunidad del anillo.   J.R.R. Tolkien 



La literatura está llena de viajes. Odiseo cruzó los mares, visitó lugares lejanos, luchó contra  cíclopes y otras criaturas míticas antes de poder regresar a su patria; Eneas atravesó el mar desde Troya, recorriéndolo para llegar a las costas de Italia donde debía asentar su nueva ciudad;  el joven Lucio, protagonista de El Asno de Oro, también tuvo que emprender un viaje para conseguir encontrar la forma de volver a ser humano… Y así podría seguir enumerando historias, desde Caperucita Roja pasando por Historia de Dos Ciudades y llegando a obras más recientes como Memorias de Idhún o Harry Potter. Ahora bien, ¿por qué el viaje es un tópico tan necesario y usado?

Para nosotros salir de viaje es una aventura, una oportunidad de ver cosas nuevas, de salir de la rutina, etc. Pero para los personajes de literatura el viaje es algo mucho más profundo, el viaje es un camino hacia la sabiduría o la verdad. No es casualidad, amigos míos, que la serie de Harry Potter termine justamente cuando el protagonista emprende el viaje que, además, le llevará a encontrar el medio para destruir a su gran enemigo, Voldemort. 
En estas obras, como en la vida, el viaje se convierte en una experiencia vital que hará que el lector aprenda al mismo tiempo que el personaje, porque nosotros, mientras leemos, también estamos recorriendo ese camino vital hacia el conocimiento y, queramos o no, algo se nos queda grabado a fuego como si hubiésemos sido nosotros los que hemos luchado contra orcos, dragones, lobos u hombres, y hubiésemos recorrido con nuestros propios pies todos los kilómetros que ha hecho el personaje… Curiosa forma de adaptar lo leído a nuestra vida.
El uso de este tópico no es algo actual, ya que podemos remontarnos al año dos mil antes de Cristo y observar cómo este tipo de tópico se repite a menudo en narraciones orales que han llegado hasta nosotros gracias al interés que despertaban. Por ejemplo,  en la antigua Mesopotamia se fraguó una historia que llegaría a recorrer el mundo: Gilgamesh (s. VII a.C), en la que Gilgamesh y Enkidu emprenden un viaje en el que aprenderán el valor de la amistad, el significado de la gloria o el sentido de la inmortalidad. Y todo ello a través de un viaje…¿no os parece increíble? Algo parecido vemos en la Odisea donde el héroes, Ulises u Odiseo, sale de Troya dispuesto a alcanzar su tierra, pero antes se ve arrastrado por los designios divinos (enfados, más bien) y se ve obligado a vagar durante nueve años enfrentándose a numerosos peligros y situaciones que parecen pretender alejarlo definitivamente de Troya y su familia.
Muchos mitos clásicos (sea cual sea la civilización) contienen también este tópico como algo importante para la historia, lo que tampoco resulta tan extraño si tenemos en cuenta que los mitos pretendían dar una serie de pautas morales y éticas. Seguro que si os ponéis a pensar, encontraréis historias populares que también incluyen este tópico como parte esencial de la historia…
Más reciente, aunque sin olvidar otras obras intermedias como el ciclo artúrico o los cantares de gesta, nos encontramos con que los autores contemporáneos han sabido rescatar acertadamente el uso de este tópico para crear obras con un buen fondo como Laura García Gallego (aunque esta autora usa el tópico del viaje en todas sus obras, algo que debemos achacarlo a su educación – es experta en literatura medieval -), J.K Rowling o, más reciente y conocido, Javier Ruescas. Parece ser que el motivo del viaje sigue despertando intereses e inspiraciones, tal y como se puede observar si nos detenemos a leer las obras que cuelgan diariamente compañeros en sus blogs… El caso que más me llama la atención es el de J.K Rowling porque ella ha conseguido introducir de manera sublime el tópico en su saga al hacer que terminase con el viaje de Harry… un viaje como desenlace, realmente sublime, porque ese viaje resulta convertirse en el instrumento que Harry necesita para alcanzar la posibilidad de enfrentarse a Voldemort . El viaje le hace más prudente, más fuerte y, sobretodo, le ayuda a entender su destino a través de la experimentación…incluso le convierte en alguien mejor, porque su carácter se ve templado por las circunstancias y adquiere una mayor capacidad de decisión.
Ahora bien, ¿es algo intencionado o simplemente natural? Bueno, no sabría deciros. Seguramente en ocasiones el uso del tópico sea puramente intencional, como podría pasar en los mitos y en los cuentos, ya que son textos destinados a dar una serie de enseñanzas y, por tanto, han sido planeados con cuidado, pensando en la mejor manera de transmitir lo que quieren.  Sin embargo, no creo que siempre sea así. Me gustaría poder preguntar a alguno de los autores que han tratado el tópico del viaje y conocer qué pretendían mientras ponían a sus personajes ante tan arduo destino, porque, sinceramente, las intenciones de los escritores nos son desconocidas, por mucho que nos empeñemos en buscar una intención entendible en todo lo que hacen. Además, no hay que olvidar que los viajes resultan sumamente atractivos a la hora de narrar una historia, porque dan más posibilidades, más juego y, sobretodo, nos permiten situar a los lectores en lugares en los que nunca han estado y que, por tanto, no podrán comprender ni rechazar.

martes, 20 de septiembre de 2011

Nada es como debe ser

© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

Sentí como mi corazón se partía en mil pedazos.
Vi el sol escondiéndose en el abismo de mi soledad.
Noté la esperanza escurriéndose por mis miembros.
Dormí para olvidar el dolor que entumecía mi alma.
Y no, no conseguí nada.
Tu imagen seguía clavada en mi mente cuando desperté,
tan vívida como si aún siguieses a mi lado, sonriéndome...
pero no estabas. Lo cierto es que nunca estuviste.
Todo fue un cruel desvarío de una loca enamorada,
o el sueño de un Dios juguetón y despreocupado,
o quizás la ensoñación producida por la muerte...
No estoy segura. Sólo sé que tú no estuviste.
¿Y ahora qué hago yo con mi vida?
Dime...¿cómo voy a vivir sin ti a mi lado?
¿Quién me abrazará y consolará con sus palabras?
Nadie. Porque nadie ni nada puede.
Así que lloro...gimo...pienso
¿Qué más da que no existieses?
¿Qué más me da si eres un fantasía, una quimera o una ilusión?
¿Qué más da si nadie quiere creerme?
Sueños, fantasías, ilusiones, imágenes grotescas de una mente enferma...
Ya todo me da igual. Pienso cerrar los ojos y seguirte,
allá donde vayas, aunque te escondas, no voy a rendirme.
Y si no existes...te inventaré para que existas de nuevo,
porque no quiero estar cuerda en un mundo que no te tiene.
Prefiero estar loca, pero tenerte.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Despedida

Me iré para volver.
Dejaré atrás mil dolores, mil angustias,
el corazón sangrante y la mente obstusa.
Abandonaré mis miedos, mis sueños
con la cabeza bien alta y mis pies en el suelo.
Me iré, claro que me iré,
me iré para volver, para verte otra vez.
Me marcharé y no miraré atrás,
dejaré lo malo aquí, donde no pueda alcanzarme,
y me llevaré las sonrisas, los abrazos y los recuerdos.
Me iré, por supuesto que me iré,
me iré para volver.

Diario de Daniel II


© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

Hoy he tenido que dejarla en la base. La Orden me ha pedido ayuda para acabar con unos merodeadores que acechaban en una aldea cercana y  atrapaban a las mujeres jóvenes para alimentarse de ellas. Elisa no está preparada para venir, o quizás soy yo el que no está preparado para que ella salga y me vea actuar como un monstruo…no estoy seguro, algo que últimamente se repite demasiado.
Recuerdo cuando desperté a esta nueva vida. Pensé que jamás podría volver a sentir algo. Jamás me enamoraría. Jamás sufriría. Jamás volvería a ser humano. ¡Qué estúpido! No necesité mucho tiempo para darme cuenta de que esta naturaleza no es tan insensible como parece a simple vista. Tenemos impulsos más fuertes que los humanos que nos conducen a cometer acciones tan terribles como el asesinato, pero también pueden conducirnos a enamorarnos locamente y sufrir por otras personas. ¡Malditos dioses y sus juegos! ¿No tenían bastante con maldecirnos con una vida dedicada a la sangre?
Ella es tan diferente…He conocido otras de mi raza. Mujeres hermosas, demasiado hermosas para resultar atrayentes, y frías, calculadoras e hirientes…crueles en sus gestos y sus palabras. Sin embargo, Elisa, mi dulce Elisa no es así. Ella sigue siendo humana a pesar de todo. Conserva esa inocencia prendida en sus ojos verdosos y hay algo mágico en su risa que me hace desear sonreír al oírla. Sé que intenta hacerse la dura, con esa máscara de odio y venganza que se ha ajustado, pero en el fondo ella no es así. ¿Cómo podría serlo? Elisa es y siempre será Elisa. No puede cambiarlo.
Últimamente está demasiado hermética. Apenas me habla y siempre me evade…ha llegado a practicar ella sola con las armas. Algo la preocupa y no quiere decírmelo, o quizás se ha hartado ya de mis desplantes. Pobre muchacha.  Me gustaría contarle todo, para ella comprendiese mejor…para que me entendiese, pero le juré a Kylie que nunca le hablaría de mis visitas. Ella debe creer que nunca me ha visto, aunque hay veces que creo vislumbrar un resplandor de conocimiento en su mirada; un resplandor que se apaga con rapidez, claro.

martes, 13 de septiembre de 2011

Algo huele a podrido en...España

Hoy toca post indignado, sí señor, y deberemos agradecerselo nuevamente al gobierno de este país de golosina llamado Españistán...perdón, España.
Llevo un tiempo teniendo que ver en las noticias a los señores políticos de este país (esos que se suponen que nos representan y deciden cosas por "nuestro bien" - entiéndase: por el bien de sus bolsillos.-) atacándose unos a otros debido a la cercanía de las elecciones anticipadas...esas en las que, según mi opinión, no debería salir elegido ninguno de ellos, porque, sinceramente, casi prefiero que me gobierne un orangután, que tiene más luces que todos esos señores políticos juntos.
En fin, a lo que iba, que llevo un tiempo teniendo que aguantar sus tonterías, sus decisiones por el bien común que se reducen a: "si creéis que estáis jodidos, esperad, esperad...(esto acompañado de una sonrisa malévola y unos ojos relucientes)".
Hace poco tuvimos que ver con indignación y resignación (porque por muchas manifestaciones que haya nunca nos van a escuchar) como estos políticos decidían que, dado que nos han sumido en la mierda más absoluta, lo mejor para sanear su podrida economía y, ya de paso, ahorrarse futuros disgustos es cortar el grifo en Educación y Sanidad...claro, por supuesto...¡qué mentes más preclaras! No contentos con esto, muchos tuvieron que tragarse una manipulación política en toda regla cuando los señores responsables anunciaron a bombo y platillo que los profesores sólo trabajaban 18h semanales y que pedirles 2h más al día tampoco era para tanto... Señores lectores, no se dejen engañar. Un profesor NO trabaja 18h semanales...bueno, algún vago habrá, pero no es lo común. Y, sinceramente, que un político diga eso es, lo menos, una conducta digna de denuncia. Pero este es otro tema que me ocuparía muchoooo espacio y tiempo, así que lo dejaremos ahí.
Así pues, ya tenemos parados, familias sin hogar ni ingresos, ancianos que malviven y, en poco tiempo, niños casi analfabetos. Muchas gracias, señores políticos, veo una gran mejora en este país a largo tiempo...sí, señor. Eso sí, por favor, pensemos que en poco tiempo también tendremos una envidiable educación privada y concertada que recibirá el apoyo de ciertos personajes del gobierno y que será el tablón de agarre para los niños, cuyas familias tengan dinero para pagar, claro está. Los hijos de familias desfavorecidas...¿para qué necesitan tener una buena educación?

Unido a esto hoy he tenido una experiencia que ha despertado mis instintos asesinos más básicos y, teniendo en cuenta que estoy en paro y no tengo muchas esperanzas de salir de él, me ha resultado muy atractiva la idea de pasar una temporadita en la cárcel (donde cotizaré y podré formarme, claro) a cambio de reflejar el enfado de muchos españoles. Pero finalmente he decidido que a mí las rayas no me van, así que he cogido mis ansias asesinas, las he aplacado con un sacrificio de chocolate y me he sentado delante del ordenador a escribir esto. Terapia, amigos lectores, barata y efectiva.
¿Qué es lo que le ha pasado a la loca esta?, os estaréis preguntando. Pues os lo voy a explicar. Me voy de España, sí. Me voy porque después de 5 años de carrera y 1 año de Máster obligado me encuentro con que no tengo posibilidades de encontrar un trabajo porque o bien no tengo experiencia, o bien tengo demasiada, o bien tengo estudios...yupiiiii!!! Vamos, que por A, por B o por C, soy carne de INEM. Tampoco tengo derecho a paro porque se me terminó mi maravillosa prestación y al conseguir un empleo temporal perdí el derecho a cobrar el subsidio (ironías de la vida, porque con el subsidio me pagaban el doble que en el trabajo que conseguí...en fin), así que llegó el momento de decidir: ¿me suicido, mato gente o me voy de España? Y la respuesta llego con claridad: vete, hija, vete. Me voy de au pair, o sea, de niñera a Inglaterra durante dos meses, porque tampoco quiero alejarme demasiado no vaya a ser que no vuelva a este "maravilloso paraíso de igualdad y bonanza" llamado España.
La familia con la que voy me comentó que sería recomendable que me hiciese una tarjeta sanitaria europea por si acaso necesito ir al médico allí, que ellos se habían hecho una y no había sido difícil. Bien. Busqué información y me encontré con la llamada Tarjeta Sanitaria Europea, y hoy he ido a solicitarla. El problema empieza cuando la amable funcionaria del Instituto de la Seguridad Social me pregunta si trabajo o soy desempleada con prestación. No, no lo soy. Pues no tienes derecho a tarjeta sanitaria...What the fuck???!!!! Ahí ha aparecido mi yo asesina, como os podéis imaginar. Bien, la he preguntado que, entonces, si me pasa algo estando fuera de España, ¿tengo que elegir entre morirme por ahí o pagarme el médico sólo porque me he quedado sin trabajo en España? Sí. La leche...he trabajado desde los 17 y no he sangrado a la SS, ¿ por qué ahora no tengo derecho a sanidad?


Vale, hasta cierto punto puedo entenderlo porque mi dinero se habrá usado para pagar la pensión de alguien o para ayudar a algún parado, that´s good. Pero lo que me hace hervir la sangre es que España es el cachondeo padre. Vienen extranjeros y se les atiende sin problema (si hay algún médico en la sala, ¿los extranjeros atendidos en la Seguridad Social pagan la factura antes de irse?), nadie les pregunta: ¿estás trabajando en tu país de origen o tienes alguna prestación social? Es que si no vas a tener que morirte ahí mismo, ¿sabes?  No, creo que no. Se les atiende y luego, espero, la SS pasará la nota al país de origen que decidirá si paga o no. Y ya sé que alguno dirá que  nosotros lo hacemos mal, pero que el resto de países son igual de injustos al no proporcionar servicios sanitarios gratuitos a los visitantes...y os diré que no son injustos, son listos, no como aquí que parece que cualquiera tiene derecho a ser tratado a pesar de que en su vida haya cotizado y no vaya a pagar los servicios prestados...hombre, que está bien ser bueno, pero no hay que ser gilipollas.
Error 404: sanidad pública Not Found.
Además, me pongo a investigar por la red y resulta que soy una afortunada, porque me han estado atendiendo en los médicos poseyendo una tarjeta sanitaria que no sirve para nada. Sí, porque resulta que si estás en situación de desempleo debes afiliarte a la tarjeta de un familiar (padre o madre) que sí cotice, porque tú, teóricamente, no tienes derecho a esa tarjeta...Oh my God!!! Yo no tenía ni idea de que estaba en situación de ilegalidad...jolines, ya podrían comentarlo porque imaginad que vais al médico y os sueltan de sopetón que sois unos ilegales...mother of God!  
De hecho, en 2010 (hace tan solo un año) en el blog Salmón, dedicado a la economía y las finanzas, se colgó la siguiente noticia: "276.000 españoles no tienen asistencia sanitaria universal en España". Esta noticia venía a decirnos que, a pesar de la supuesta universalidad de la sanidad española, el defensor del pueblo afirma que 276.000 españoles (un 0,6% de la población) no cuentan con derecho a la asistencia sanitaria pública, una situación que se puede leer en la siguiente carta . ¿Quiénes son estos desgraciados? Pues los de siempre...autónomos que se han quedado sin trabajo y no reciben prestaciones, desempleados sin prestación e inmigrantes retornados a España que cuentan con una pensión en otro país. 
En este mismo blog nos encontramos con el siguiente comentario en el que queda más clara la situación de la sanidad española hace tan solo un año.
"Todo el mundo, españoles o no tiene derecho a la asistencia sanitaria en España, ya que como dice el título del post es universal. La diferencia es cuando es gratuita y cuando no. Si me da un infarto, me ingresan y me hacen un cateterismo, prótesis auricular o lo que necesite, no somos USA. El problema es que al mes siguiente me llegará una bonita factura a mi casa y entonces me dará el segundo infarto.
Al cambiar el sistema de financiación de la sanidad, quedaron excluidos de la sanidad gratuita todos aquellos colectivos que no cotizaban a la seguridad social sino que cotizaban a través de otros sistemas de previsión social (especialmente mutualidades de profesionales). Todos ellos pudieron decidir abandonar la mutua (y perder los 20 años cotizando a la mutua) y pasar al RETA o cotizar a los dos (manda huevos como diría un exministro) si querían la asistencia sanitaria. Por eso colectivos como los abogados no tienen ni pensión ni sanidad. Pero es que pagando 50€ al mes que más quieren.
La principal injusticia llegó con la inmigración, que por razones humanitarias se decidió que todo inmigrante tiene derecho a la trajeta. Total que ellos, que al no tener permiso de trabajo y por lo tanto no poder cotizar a la SS, les tocaría pasar por el numerito de recibir la factura y declararse insolventes. Para no pelearse con esos pobrecitos se decidió que se les regalaba directamente."

Así que me comprenderéis cuando, ante esta situación y teniendo en cuenta que son los propios políticos los que me obligan a marcharme, me sienta sumamente indignada. Sobretodo porque la señorita que me ha atendido casi me ha escupido a la cara que no tengo derecho a nada si no cotizo, olvidándose de que soy un ser humano y que no estoy en el paro porque me guste ver pasar el tiempo, estoy en el paro porque la gente que debería dirigir este país con sensatez y sentido común han decidido hacer de España una feria donde todas las escopetas están trucadas o no funcionan, y así va la cosa...conseguir el premio es algo que sólo unos pocos afortunados llegarán a sentir.
Muchas gracias a todos por escucharme y buenos días, yo voy a ponerme el traje de payaso y a continuar mi actuación en este gran escenario al que llamamos país.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El oscuro acechar del miedo

 Queridos lectores,
Hoy os dejo este pequeño relato cargado de angustia y miedo. Quiero que lo leáis con tranquilidad y os pongáis en el lugar del protagonista...¿qué os parece? Luego sois libres de dejar vuestras percepciones, vuestras opiniones y vuestros pensamientos, ya sabéis que seréis bienvenidos.
Un saludo y gracias.


© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

 
Estoy sentado en la oscuridad. No sé cuánto tiempo llevo así ni cuánto tiempo más seguiré aquí dentro… me asfixia este lugar, cerrado, a pleno sol… ¿Por qué estoy aquí? No entiendo nada. Hace poco estaba feliz entre mi gente, mirando un sol radiante, sintiendo la brisa sobre mi piel y, de repente, aquí. En la soledad. Oigo ruido a mí alrededor y eso me pone nervioso. ¿Dónde estoy?
No sé cuánto he pasado aquí. Abren la gran puerta metálica y un resplandor me ciega. ¿El sol? No, no es el sol. Esta luz es rara, menos luminosa, más hiriente que el brillante sol. Me bajan de mi jaula y siento una superficie extraña a mis  pies…caliente y rugosa, muy diferente al tacto de la tierra a la que estoy acostumbrado. Veo sombras. ¿Qué pasa? Notó un golpe en la parte trasera y me asusto. Empiezo a correr.
Alguien parece haber delimitado un conducto…y yo corro como un loco por él, intentando alejarme de lo que me ha golpeado. Hay mucho ruido a mi alrededor. Mi visión está borrosa después de tanto tiempo encerrado, pero veo sombras a mis lados…delante, detrás y a los lados. ¿Qué está pasando? Me siento nervioso, demasiado nervioso, mi corazón palpita más rápido que nunca porque esa situación no me parece buena, me huelo que lo peor está por llegar. Intento parar. Miro a mí alrededor. Hay palos de metal que me impiden correr libremente y un gran número de sombras se apilan en torno a ellos, como si se intentasen proteger de mí… ¿de qué? ¡Yo sólo quiero volver a casa! Alguien me golpea. Me giro a tiempo de ver una sombra rápida a mi izquierda, otra sombra se escabullé por la derecha… ¿por qué me están acechando? No puedo continuar ahí. Tengo miedo. Corro. Corro con todas mis fuerzas y me da igual si me llevo por delante alguna de esas sombras que se cruzan…ellas me dan miedo.
Hay un recinto enorme delante. Quizás sea el final y pueda descansar. Corro. Luces que me deslumbran, voces extrañas, gritos… ¿qué es esto? Un círculo gigante que huele… ¿a sangre? ¿a sudor? Huele a muerte de compañeros… ¡oh Dios mío! ¿Dónde me han traído? Golpeo el suelo con mis pies intentando familiarizarme con esa nueva superficie…arenosa, pero sigue sin ser como la tierra que acostumbro a pisar. Me duelen los pies y las articulaciones. La carrera por el camino metálico me ha debilitado…no estoy acostumbrado a correr en esas condiciones. Además, el corazón me da brincos y siento el cuerpo empapado de sudor. Tengo miedo y quiero gritar.
Las sombras vuelven a congregarse a mi alrededor. Algunas brillan más que otras. No sé qué quieren, pero no pienso dejar que me hagan más daño.  Gritos y un extraño silbido…una sombra a la derecha, otra a la izquierda, noto una detrás… ¿qué hacen? ¿Qué quieren? Me muevo, intentando entender qué está pasando a mi alrededor…una sombra se acerca… ¿dónde está? Brilla. Voy a por ella…estoy harto de esta sensación de miedo, un miedo que se me pega a los músculos y me aprieta el corazón. Ha desaparecido… ¿dónde se ha metido la sombra? ¡Ah! Hay algo delante de mí… ¿un vallado? Veo sombras tras él…se esconden… ¿y yo? ¿Dónde puedo esconderme? ¡Quiero salir de aquí!
De nuevo me acechan…no me dejan en paz. Yo solo quiero salir. Volver a casa. Con mis amigos y familia…se preguntarán dónde estoy, claro. Ellos no saben qué  ha pasado conmigo. Ni siquiera yo lo sé. Otra sombra se me acerca…me lanzo contra ella. ¡Dios! Mi pierna!  Siento un dolor horrible en la pierna derecha…caigo sobre esa superficie arenosa y gimo. Me he hecho daño. Siento las sombras a mi alrededor, desafiantes, atemorizantes… ¿no ven que estoy herido? ¿No piensan dejarme en paz? Me levanto de nuevo. Mi otra pierna no aguantará mucho, pero no pienso dejarme caer…no allí. Observo con miedo y el griterío me pone nervioso. Mi pierna manda oleadas de dolor. Ha sido la carrera por ese suelo extraño, estoy seguro…nunca antes me había pasado.
Un nuevo ataque. Me asusto e intento atrapar la sombra, pero vuelvo a caer. Esta vez he escuchado un “crack” en mi pierna herida y la otra no parece querer responder. Tengo la cara sobre la arena, de donde me llega el hedor de la muerte. Ahora sé lo que me va a pasar. Sé que voy a morir ahí mismo, así que me dejo caer. Ya me he cansado de luchar. ¿Soy un maldito espectáculo o qué? Yo no he hecho nada para que me hagan esto. Nunca he hecho nada. Me he limitado a vivir mi vida, sin meterme nunca con nadie… ¿por qué me hacen esto? Gimo al notar que alguien tira de mí. Quieren que me levante, que continúe con mi espectáculo…no pienso hacerlo. ¡Qué os den, sombras! ¡Aggghh! Han tirado de mí y me han puesto en pie…me duele horrores… ¿por qué no me dejan morir tranquilo? Nuevas sombras me acechan…son más grandes y huelen…huelen como algo que conozco…. ¡son de los míos! No pienso perderles, les sigo asustando y temeroso de las otras sombras. Las sombras malas que me acechan para hacerme caer y reírse…oigo sus risas, desde luego. Mis nuevos compañeros se adentran por un túnel oscuro…mis piernas no aguantarán mucho, así que uso mis últimas energías para correr tras ellos… ¡Libertad!

Me equivoqué. Vuelvo a estar donde empecé. Aunque ahora mi jaula me parece aterradora. El corazón me palpita demasiado deprisa, creo que quiere salirse del pecho y emprender la huida. No me extraña. Gimo al notar un dolor punzante. No noto nada. Mis miembros parecen estar medio muertos y el dolor aumenta…¡mierda! Creo que no volveré a ver a mis seres queridos. Sé que me estoy muriendo, pero no entiendo por qué. ¿Por qué me han hecho esto? ¿Por qué disfrutan viéndome sufrir? De verdad que no lo entiendo…



  Una vez que lo habéis leído. Me gustaría deciros cómo se me ocurrió este relato.
Ayer estuve en las fiestas de un municipio cercano y unos amigos me convencieron para ir a ver los encierros...Nunca veo los encierros porque me parecen una tortura, una crueldad...No espero que todos compartan mi opinión, pero ver al primer toro sufriendo lo mismo que narro en el relato me hizo preguntarme...¿quién es el animal aquí? Y pensé que merecería la pena hacer un tributo a esos animales muertos por divertir a la gente ansiosa de sangre y sufrimiento que no es capaz de ponerse en el lugar del animal, de entender su miedo y su angustia ante una situación que no entiende. 
Así que esto va en honor a esas víctimas del hombre que, por ser animales, poca gente se honra a recordar.
Si alguien se ha sentido herido por mis opiniones o por mi relato...de verdad, lo siento, pero es únicamente mi opinión y no, no quiero imponerla a los demás. Cada uno disfruta con lo que quiere.
Un saludo, lectores, y buen fin de semana.

jueves, 8 de septiembre de 2011

El Diario de Daniel

Aquí tenéis otro testimonio sobre la relación existente entre Daniel y Elisa. Os aconsejo que leáis antes los dos capítulos de la novela que he colgado aquí y que podréis ver en esta página, para que entendáis mejor de qué va el asunto.
En esta ocasión os presento un fragmento del diario de Daniel en el que se nos narran algunos hechos del pasado de Daniel que le relacionan directamente con Elisa, y sus sentimientos en este momento, justo después de abandonar a Elisa en el patio de entrenamiento.
Espero que no os defraude y que entendáis algo más sobre Daniel y sus sentimientos hacia Elisa...Todo tiene su explicación :P
Un saludo.


Safe Creative #1109080022427© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)

 
No sé por qué escribo esto. Me estoy volviendo loco, o al menos eso creo, o eso me parece…tampoco estoy muy seguro de eso. Sé que Elisa me hace enloquecer de una forma que nadie había hecho antes… es como si necesitase saberlo todo sobre ella. Sus pensamientos, sus miedos, sus ilusiones… Pero, ¿cómo puedo sentir eso por ella?
Acabo de abandonarla en el patio. Casi se me rompe el maldito corazón al verla con esos ojos tan grandes, tan inocentes, tan confusos…No entiende qué me pasa y yo no quiero que lo entienda. Ese es uno de sus encantos. Es pura inocencia. No conoce el lado oscuro del mundo, o al menos no lo conoce tan bien como yo, lo que es un alivio…Si me conociese, si supiese todo lo que he hecho, posiblemente dejara de mirarme con cariño. De hecho, debería dejar de mirarme de esa forma, ¡maldita sea!   Es la misma mirada que me dedicaba cuando era una niña. Esa mirada que parecía decirme “sé lo que eres y no me das miedo”, algo que siempre me había llamado la atención de ella y que continuaría gustándome por mucho tiempo que pasase.
Kylie me había avisado de lo que sucedería. Ella lo sabía desde el principio. Sabía que su hija se iba a convertir en lo que yo era. Por eso me buscó para que yo ayudase a su pequeña a entender, para que la acogiese y la salvase de la oscuridad… Supongo que también sabría que su hija iba a despertar un corazón que llevaba demasiado tiempo dormido. Kylie era una maldita embustera, como su madre...Nunca debes fiarte de los videntes. No iba a aceptar. Era una irresponsabilidad lo que pretendían. Lo más sensato sería alejar a la pequeña de aquello, intentar que la visión no se cumpliera… pero Elisa apareció ante mí, con una sonrisa tímida en su cara pecosa, el pelo revuelto y plagado de hojas, y sus ojos verdes clavados en mí mientras se agarraba a la falda de su madre. Era un ser divino. Mágico. Un hada. Y el hada me  hechizó. No pude negarme a ayudarla, a enseñarla, a orientarla…aunque siempre le borraba los recuerdos, porque esa pequeña no debía crecer con miedo a la oscuridad…no debía temerme a mí. ¡Qué egoísta fui!
Cuando recibí el mensaje de Kylie diciéndome que lo que tanto temía iba a suceder… No podía creerlo, o, mejor dicho, no quería creerlo. Aun así, me apresuré para llegar y me encontré sus cuerpos…Estaban muertas, tal y como ellas mismas había predicho hacía años. Desangradas en el suelo. 
Mi pequeña hada no estaba allí con ellas, y eso me calmó. Pero al verla en el bosque, tirada en el suelo, herida y medio muerta… con el olor de aquel monstruo pegado… sentí cómo algo se rompía en mi interior. No había logrado salvarla del monstruo. Mi hada se iba a convertir en un ser de la noche como yo, sedienta de sangre y de venganza. Sin embargo, lo que más temía era que ella averiguase todo lo que la había ocultado, porque entonces me odiaría a mí también y eso no podría soportarlo. ¿Cómo no odiarme? Yo la prometí protegerla y fallé.
                                                        


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Daniel y Elisa

Buenas tardes, queridísimos lectores,
Muchos de vosotros, tras leer Eterna Oscuridad, estabais deseosos de conocer algo más acerca de Elisa y Daniel; me resulta difícil meter estos relatos en la novela porque no encajan bien con la trama que sigue, pero os colgaré aquí este momento importante en su relación e iré haciendo un pequeño relato sobre estos dos.
Espero que os guste, amigos míos.


Safe Creative #1109070014586© Tamara Díaz
(Reservados todos los derechos)


El entrechocar metálico de las espadas se extendía por la fortaleza. El patio de entrenamiento estaba vacío a esas horas y sólo quedaban ellos. Dos figuras oscuras, recortadas por el débil resplandor de la luna, que bailaban con silenciosa armonía la antigua danza de las espadas, ni un sonido escapaba de sus labios, sólo podía oírse el metal chocando con fuerza y el frufrú de las capas con que se cubrían.
- Has mejorado mucho, Elisa.- susurró una de las figuras al tiempo que hacía una arriesgada cinta para evitar la estocada de su compañera.
- He tenido un buen maestro.- dijo ella sin dejar de atacar y esquivar, como un auténtico ángel vengador con los rizos cayéndole en cascada sobre la espalda y la cara.- Pero sigo sin conseguir alcanzarte.
- Eso es porque no te concentras, querida.- Elisa dejó escapar una exclamación de sorpresa al notar el filo de la espada sobre su garganta y el cuerpo de Daniel tras ella.- Muerta.- dijo él con una sonrisa mientras besaba el cuello de la joven.
Elisa le miró con los ojos entrecerrados, una mezcla de enfado y diversión que a Daniel le parecía totalmente encantadora en aquella joven. No hacía ni dos meses que Elisa había sufrido su conversión, pero la muchacha había demostrado tener una férrea voluntad y, en lugar de rendirse a la sed, había luchado contra ella con todas sus fuerzas, consiguiendo un avance bastante rápido y sorprendente en sus habilidades. Sus ojos  habían perdido ya el brillo carmesí que marcaba a los recién convertidos y poco a poco empezaban a adquirir el antiguo color de los ojos de la joven: verdes. Daniel no podía dejar de admirarla en secreto. Era una joven maravillosamente fuerte. Encontrarla había supuesto un cambio para él, aburrido como estaba de la vida nómada a la que estaba encadenado por el mero hecho de servir a la Orden.
- Daniel, ¿cuándo podré empezar a participar en misiones? -preguntó la muchacha mientras observaba con interés el filo de su espada.- Ya estoy preparada y...
- Eso no lo decidiré yo.- le interrumpió Daniel, quitándole la espada y dirigiéndose hacia un cobertizo medio derruido en el que se almacenaban las armas.
Ella estaba deseando salir de allí, lanzarse a la lucha, matar. Daniel lo sabía, porque él también había sentido ese mismo cosquilleo en el estomágo, esa necesidad irracional de ver correr la sangre, de hacer correr la sangre. Sacudió la cabeza mientras dejaba las armas en los soportes de madera que él mismo había fabricado durante una de sus noches de soledad, anteriores a la llegada de Elisa. Volvió a recordar el pánico reflejado en los ojos de la joven cuando despertó de la inconsciencia, la tristeza que su rostro había reflejado al enterarse de todo lo que había pasado, las lágrimas que brotaron de sus ojos verdes mientras enterraban a su familia... Y sintió la sangre hervir por la ira. Nunca debería haber dejado que eso pasará. Paulo jamás debería haber encontrado a la joven, jamás debería haber puesto sus garras sobre algo tan puro y delicado como ella... Recordaba con perfección el rostro sonriente de Elisa cuando era una niña, siempre de la mano de su madre o de su abuela, siempre sonriente y con una palabra amable para los demás. Ella no podía recordarle, claro que no, él mismo se había encargado de que eso no sucediese porque ella no debía conocer el lado oscuro que acechaba tras la puerta, esperando para abalanzarse sobre ella sin ninguna piedad. Sólo había querido protegerla, pero ahora ya no estaba seguro sobre si había hecho bien o mal.
- Daniel, ¿en qué piensas? - susurró la voz dulce de Elisa a su lado, mientras le miraba con preocupación.- si es por lo que te he dicho, lo siento.- se la veía realmente arrepentida, con una expresión tan dulce que... Daniel sacudió la cabeza y se obligó a no pensar en ella como lo hacía. Era asqueroso.- Sé lo mucho que te molesta, no debería...
- Déjalo, Eli, hoy no tengo una buena noche.- contestó él intentando sonreír con naturalidad.- ¿Quieres que practiquemos la lucha cuerpo a cuerpo?
- Sería estupendo.- sonrió ella, dejando que sus colmillos reluciesen en la oscuridad.

No, no entendía como había podido sobrevivir tanto tiempo sin ella. Los años habían pasado con lentitud desde que había sido convertido y adiestrado por la orden. Él no había conocido otra vida más que la de la sangre, así que tampoco le había resultado difícil llevar una existencia solitaria y rodeada de muerte, hasta que la conoció a ella. Esos ojos verdes le habían atravesado el corazón la primera vez que la vio, siendo una niña pequeña de largos cabellos rojizos y mejillas sonrojadas por el ejercicio. Ella no había huido de él como solían hacer los humanos, sino que le había mirado con sus grandes ojos y, tras fruncir ligeramente el ceño, había sonreído con inocencia antes de volver a correr. Kilye le había hablado de ella, le había dicho que esa niña tenía los dones de los antiguos videntes, pero que ella prefería ocultárselo para no ponerla en peligro. Kilye sólo quería una vida normal para su hija y él, después de verla, también lo había querido. Un ser tan dulce e inocente como aquél merecía una oportunidad de ser feliz.
Ahora Elisa era una auténtica guerrera. Impasible, rápida y letal. Pocos podían enfrentarse a ella en igualdad de condiciones, ya fuera con la espada, cuerpo a cuerpo o con el arco. Elisa había aprendido todos los secretos de la lucha y, aunque ella se creía que no lo sabía, él conocía perfectamente la razón por la que entrenaba con tanta dureza: Paulo. Daniel sabía que lo único que había obligado a Elisa a continuar con vida, a luchar, era la venganza y el odio hacia el ser que la había condenado y le había robado lo que ella más amaba. Nunca podría perdonarle.
- ¡Daniel! - exclamó Elisa sorprendida al notar que su compañero se había abalanzado sobre ella, haciéndola caer sobre el terreno embarrado.- Quita de encima, anda.
- Lo siento, Eli, no sé qué me ha pasado.- susurró él, aunque se mantuvo donde estaba. Tan cerca de ella. El olor afrutado que despedía su cuerpo era deliciosamente tentador y Daniel no podía quitar sus ojos del rostro delicado de ella, tan pálido... La mirada extrañada de Elisa le sacó de su ensimismamiento y le hizo apartarse con rapidez, el rostro convertido en una máscara de indiferencia.- Creo que deberíamos dejarlo por hoy.- Sí, deberían dejarlo porque él no podría aguantar la tentación durante mucho tiempo.
- Está bien.- aceptó ella con tranquilidad.- ¿Te apetece que vayamos al comedor? 
- La verdad es que no, Elisa, prefiero volver a mi habitación y descansar.- se excusó él sonriendo.- Ya no soy un jovenzuelo y estas cosas me cansan.
- ¡Qué mentiroso! - rió ella acercándose a él y agarrando su brazo con cariño.- ¿Qué te pasa, Dan?
"¡Oh, no! No me mires así..." pensaba el joven, aunque las imágenes que pasaban por su mente eran producto de su parte más animal y él lo sabía. Aquella muchacha había despertado los instintos depredadores que él se esforzaba por mantener a raya.
- Elisa, de verdad que estoy cansado.- insistió él, desembarazándose del brazo de ella mientras intentaba no volver a su lado al ver el rostro decepcionado de la joven.- Hasta mañana.
No esperó la respuesta cariñosa de la joven, ni siquiera se detuvo a mirar una vez más su rostro. Simplemente se fue. Su cuarto era el lugar más seguro en aquellos momentos, tanto para él como para ella. Porque aquello que estaba sintiendo no era bueno para ninguno, solamente les traería dolor y lágrimas, y él no quería verla sufrir de nuevo.